Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Sombras

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Por Pegaso


Este día debía ser decretado de duelo nacional.

Hoy, hace 56 años, murió Gabriel Siria Levario como resultado de un desequilibrio electrolítico.

Padecía de piedras en la vesícula, así que después de la intervención quirúrgica que se le practicó, el médico dijo que no debía de tomar agua fría.

Sin embargo, como gustaba mucho de comer hielo a mordidas, no se pudo aguantar las ganas y entonces le vino un shock que desencadenó un infarto fulminante.

Falleció muy joven, a los 34 años.

Sus restos descansan en el panteón Jardín de la Ciudad de México.

De Gabriel Siria Levario se cuentan muchas anécdotas. Se dice que cuando estaba estudiando vocalización con el maestro Noé Quintero, se apareció el mismísimo Pedro Infante, quien pasaba en ese momento por el estudio, para saludar a su viejo maestro de música.

Al escuchar aquella afinada voz, Infante le dijo a Quintero: “Este muchacho va a llegar muy lejos”.

Años después, en 1957, durante el funeral del Carpintero de Guamúchil, un joven Gabriel Siria cantaba en su honor, arriba de una lápida, al lado de figurones como Joaquín Cordero, Lalo González “El Piporro” y otras luminarias más del firmamento mexicano.

Sin lugar a dudas, Gabriel pudo disfrutar en su tiempo de la música y películas de sus dos grandes ídolos, Pedro Infante y Jorge Negrete.

Nuestro personaje fue el primero de tres hijos del matrimonio que formaron Francisco Siria Mora, panadero y Juana Levario Plata, comerciante.

En 1932 lo dejaron en la casa de un tío, en la Capital del País, quien lo educó como si fuera su padre.

Estudió hasta el quinto año de primaria y desde entonces se notaba su inquietud por el canto.

Solía participar en festivales escolares, pero pronto tuvo que dejar la escuela para ayudar con los gastos de su familia adoptiva.

En su juventud fue un aficionado al boxeo, al beisbol, al futbol y a la lucha libre, deporte este último que lo llevó a cultivar una entrañable amistad con Santo, el Enmascarado de Plata.

Inició su vida de cantante interpretando tangos en carpas, hasta que tuvo su primera oportunidad en el Salón Obrero. Seguía participando en concursos donde llegó a ganar varios pares de zapatos, al estar patrocinados por un negocio dedicado a la venta de calzado.

Trabajando como tablajero en una carnicería, se echaba sus gorgoritos mientras destazaba las reses. Su patrón David Lara lo oyó cantar y le propuso pagarle unas clases de canto con Noé Quintero, quien fuera maestro de Pedro Infante.

Después de eso, siguió en la cantada, en un dúo y luego en un trío. Más adelante, ya con varios sencillos grabados, Julito Rodríguez, guitarrista y primera voz del famoso trío Los Panchos, lo recomendó para una audición con Discos Columbia de México.

La audición fue exitosa y a partir de entonces, empezó a grabar de manera profesional con gran éxito, gracias a su maravillosa voz.

En 1957 obtuvo su primer disco de platino por las altas ventas y dos años después realizaba una gira promocional por los Estados Unidos.

Al escucharlo, el gran cantante norteamericano Frank Sinatra quedó impresionado y se declaró su ferviente admirador.

En su vida de cantante se destacó como intérprete del género conocido como bolero ranchero, pero también interpretó valses, pasos dobles y música ranchera, con mariachi o con orquesta.

Se le conoció como “La voz de terciopelo”, “La voz sin mancha”, “El rey del bolero ranchero” y “El señor de las sombras”.

En los primeros meses del año 1966, empezó a manifestar molestias. Eso lo llevó a ser hospitalizado el 13 de abril en un hospital de la colonia Roma, en la Ciudad de México.

Tras la operación, vino el descuido y un malhadado cubo de hielo fue la causa del deceso de una de las voces más portentosas que ha dado México y sus canciones se siguen escuchando hoy en día.

En You tube y otras plataformas digitales pueden verse decenas de canales con personas que “reaccionan” a diferentes artistas, comentando la calidad de sus interpretaciones. Uno de los más populares es, precisamente, Gabriel Siria Levario. Y la gran mayoría de los youtuberos son gente joven de España, Estados Unidos, Rusia, Argentina, Brasil, Venezuela, Colombia y hasta de África, todos ellos subyugados por la varonil y potente voz de barítono.

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “Penumbras solamente, en la parte intermedia de tu existencia y la propia”. (Sombras nada más, entre tu vida y mi vida).