Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-República

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Por Pegaso
Estamos a un tris de caer en una dictadura.
No lo digo yo, lo dicen connotados analistas políticos como aquel muchacho que se llama… ¡Mmmmmm! No. Aquel otro llamado….¡Mmnnnnn! No, tampoco… ¡Bueno, lo digo yo! Pero hace ya muchos años también lo dijo Platón en su obra máxima La República.
A su vez, Platón se basó en las enseñanzas de su maestro Sócrates, quien analiza cuatro diferentes tipos de gobierno para una República: La aristocracia, la oligarquía, la democracia y la tiranía.
Cada una de ellas lleva a la siguiente.
Platón hizo la siguiente pregunta a sus contertulios: Si estuvieras en medio del océano en un barco, ¿qué harías?
A.- Convocar a una elección para designar a alguien que guíe la embarcación, o
B.- Tratar de averiguar quién de los que está a bordo tiene mayor capacidad para gobernar la nave y asignarle el mando.
La mayoría, por supuesto, siempre opta por la opción B, porque no queremos arriesgar la vida con alguien que, aunque puede ser muy popular, poco sabe de manejar barcos.
Según el filósofo griego, la más acertada forma de gobierno es la Aristocrática, donde los mejores hombres, los sabios y los poderosos conducirían desinteresada y virtuosamente los destinos de la República.
Sin embargo, decía que este tipo de gobierno está en constante peligro, porque los hijos de los aristócratas se corromperían por el ocio y los privilegios, de tal manera que pronto decaería en una Oligarquía, que en griego significa: Gobierno de pocos.
Estos pocos caerían en la tentación de hacerse cada vez más ricos, de tal forma que en un Estado pronto serán una absoluta minoría comparados con los pobres e incultos.
Estos buscarán arrebatar el poder a los oligárquicos y tras conseguirlo, nacerá la forma de gobierno conocida como Democracia, que en griego significa: Gobierno del pueblo.
A su vez, en una República democrática se otorgan demasiadas libertades a los ciudadanos. Platón la llamó “una forma agradable de anarquía”, de tal manera que ese exceso de libertades lleva a un libertinaje. En un momento dado, el gobernante no podrá soportarlo y entonces, entraremos en la fase tiránica de gobierno.
Platón decía acerca de la democracia: “El deseo insaciable de libertades ocasiona una demanda de tiranía”.
No quiero que ocurra algo así en nuestra República.
A diferencia de la de Platón, han pasado varios siglos y algo hemos aprendido como para no caer en el error de la dictadura/tiranía.
Lo que sí alcanzo a distinguir es que, efectivamente, en nuestra incompleta democracia, el gobierno federal, que no está gobernado por sabios, sino por necios, ha concedido demasiadas libertades a sus opositores.
Empresarios, periodistas, líderes de opinión y artistas no se cansan de calificar al Pejidente de cerrado, de retrógrada y otras lindezas.
Hasta ahora, ALMO ha aguantado vara, pero estamos llegando al punto de quiebre, donde poco a poco empezamos a parecernos a países con regímenes totalitarios, como Venezuela, como Cuba y como Corea del Norte.
Se comienza por desmantelar las Instituciones, luego por tener el control de los poderes Legislativo y Judicial, el del Ejército y neutralizar a la Prensa.
Luego vienen las reformas a la Constitución y finalmente, el control total.
Yo sostengo la tesis de que estamos en la antesala de una dictadura.
Pero no me crean a mí, si no quieren. Leal La República, de Platón y consideren si el sabio griego tenía o no razón, cuando decía que de la Aristocracia se pasa a la Oligarquía, de la Oligarquía a la Democracia y de la Democracia a la Tiranía, que es algo similar a la dictadura.
Platón menciona una quinta forma de gobierno como la óptima: La Monarquía, siempre y cuando el rey sea buena onda, porque si no, nos cargará el payaso.
Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “¡Al demonio con las dependencias gubernamentales!” (¡Al diablo con las instituciones!)

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