Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Remedio

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Por Pegaso

Ahora resulta que el remedio a todos los males del mundo es ¡El Trompas!

Sí. Nada más ganó la Presidencia de los Estados Unidos y todo empezó a componerse:

Putín, el Presidente de Rusia, dijo que está dispuesto a aceptar el plan del orate gringo para terminar con la guerra de Ucrania, el otro zafado que tiene chamba de dictador de Corea del Norte, King-Kong jun se frotó las manos porque llegó al gobierno norteamericano su cuatacho del alma, con quien se lleva de a patadas en las donas.

El Presidente de China, Ta Chidito, comentó que quiere llevar la fiesta en paz con Gringolandia y así, parece que todo va a estar bien en el mundo con El Trompas.

Me acordé de aquella vieja película llamada “Cobra: El brazo fuerte de la ley” (Cobra, por su título original en inglés. Estrenada en 1986. Director: George P. Cosmatos. Protagonistas: Silvester Stallone, Brigitte Nielsen, Reni Santoni, Andrew Tobinson y Brian Thompson), donde un policía llamado Marian Cobretti acaba él solito con un ejército de maniáticos que pretenden liquidar a una testigo.

El villano, un orangután más feo que Danny Trejo, armado con un pavoroso cuchillo, se enfrenta en las escenas finales con el héroe chicho de la película y éste último lo ensarta en un gancho de hierro para luego arrojarlo en un horno de fundición.

Entonces, según los anolistos políticos, El Trompas es el “Cobra” que necesita el mundo. Él solito va a acabar con todos los pinches talibanes y terroristas de Hamás que traen un desmadre en oriente medio.

Puede que sí cumpla su promesa de eliminar la amenaza de una Tercera Guerra Mundial, pero lo que es a México nos va a ir como en feria.

Para empezar, ya lo dijo: Desde el primer día de su gobierno empezará a sacar a todos los mugrosos, piojosos, prietos, chaparros y feos mexicanos, a los que considera terroristas, violadores, asesinos y entes demoníacos.

Pondrá una cerca mucho más alta, hará que México destaque más elementos del Ejército en la frontera sur para evitar la migración ilegal y que todo el trabajo sucio recaiga en el presupuesto federal.

Y si la Presidenta Claudia Shikitibum no acata sus órdenes, pondrá aranceles a las importaciones de productos mexicanos que hace su país.

Además, ya amenazó que combatirá a nuestros muy queridos y adorados capos de la droga lanzándoles bombas atómicas en territorio mexicano.

No. Definitivamente, a México no le va a ir bien con El Trompas, pero si sirve de consuelo, tampoco con Tamala Jarris nos iba a ir tan bien.

El problema no son nuestros amables, simpáticos y prósperos empresarios que se dedican a la producción y transporte de psicotrópicos, sino a los millones y millones de consumidores que hay en el vecino país del norte.

Fácil. Si no hubiera oferta, no habría demanda.

Así que, Trompas, si estás leyendo este artículo, te recomiendo que primero arregles tu casa y después vayas por el mundo deshaciendo entuertos.

Es mi consejo. Tómalo o déjalo.

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “Luminaria de la avenida, penumbra de su morada”. (Candil de la calle, oscuridad de su casa).