Por Pegaso
¡Ya se supo! El plan original del Cabecita de Algodón no era dejar en su lugar a alguna de las “corcholatas”. El plan siempre fue la reelección.
Quien sabe leer los mensajes en las redes sociales tiene la certeza de que todo fue preparado con mucho tiempo de anticipación.
ALMO dijo desde el inicio de su mandato que no se iba a reelegir, que al terminar su sexenio se iba a ir a “La Chingada”. (No se trata de un insulto, sino que así se llama su rancho de Tabasco).
Pero siempre mantuvo la idea de permanecer en el cargo por más tiempo.
La gente que lo sigue apoyando pensaba: “Bueno, si nuestro Pejidente dice que no se va a reelegir, hay que respetar su decisión. Pero seguro nos va a dejar una persona que continuará con la Cuarta Transtornación”.
Y así nos hizo pensar a todos. Este viejito es un verdadero genio. Einstein es un bebé de cuna en comparación con su capacidad intelectual.
Así pues, lanzó a sus corcholatas. Todo iba bien. Su favorita era la puntera y solo hacía falta oficializar la candidatura.
Sin embargo, cometió un grave error. Solo uno. Le cerró las puertas a la malvada, neoliberal, fifí y conservadora Xóchitl Gálvez, coartando su derecho de réplica en “La Mañanera” y de ahí se vino todo abajo.
Los ataques, descalificaciones y hasta insultos, fueron creciendo día a día, hasta que se infló tanto que ya no la pudo ponchar.
Y mientras tanto, sus “corcholatas” no levantan, porque tienen la misma gracia que un elefante bailando ballet en el teatro Bolshoi.
En los últimos días, las redes sociales como Facebook y Twitter rebosan de lamehuevos que dicen literalmente: “Yo quiero reelección para nuestro pejidente”, o “Yo soy uno del 80% que quieren la reelección de ALMO”.
Tales mensajes se están replicando rápidamente, como si fuera una consigna. Y propiamente, lo es.
Lo que pasa es que el Pejidente está retomando su plan original, lo que es peligrosísimo, porque entonces, tendríamos una dictadura en forma.
Debió ser muy frustrante para él que la gente no le pidiera desde el principio que se reeligiera, pero aún así, todo fue un plan con maña.
“Si ninguna de las “corcholatas” levanta, ¡pues yo me reelijo”,-seguramente está pensando.
-Presidente, usted debe reelegirse,-le dirán en las redes y en los actos públicos.
-¡No! Ya dije que terminando mi ciclo me iré a “La Chingada”,-respondería.
-Pero es que México lo necesita…
-No. Di mi palabra y me gusta cumplir…
-Ya estamos levantando firmas. Mire, ya llevamos chorromil…
-Bueno. Pues si el pueblo lo quiere, ¿qué le voy a hacer? Con el pueblo todo, sin el pueblo nada.
Y así, continuará uno de los períodos más negros de la historia de México, como cuando Moctezuma Xocoyotzin fue apedreado por los mexicas al darle las llaves de la ciudad a Hernán Cortés.
Pronto tendremos a todos los chairos repitiendo: “Que se relija el cabecita de algodón”, y ese clamor será como miel para este incipiente dictador, que entonces verá cumplido su sueño húmedo.
Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso, cortesía del propio ALMO: “Niego hacer tal aseveración”. (No lo digo yo).