Por Pegaso
El nuevo Orden Mundial ya está en marcha.
Mientras todos nos preocupábamos por evitar el COVID-19, los gobiernos e individuos más poderosos del mundo reiniciaban la economía, la política, la ciencia y todos los quehaceres humanos para redireccionarlos.
Eso recibe un nombre muy rimbombante: The Big Reset o El Gran Reinicio.
Como en las computadoras cuando hay una falla y podemos reiniciarlas para que vuelvan a funcionar, desde años atrás se ha venido planeando El Gran Reinicio para crear un Nuevo Orden Mundial.
Y ahora finalmente ya lo tenemos.
Uno de sus efectos más próximos es la reeducación de las personas.
Desde hace algunos años nos han estado reeducando. Con políticas de Estado, nos han metido a chaleco la idea de que cualquier individuo puede percibirse a sí mismo como quiera.
Lo más común es que un hombre se sienta como una mujer atrapada en un cuerpo masculino, o viceversa, una mujer que se siente hombre, atrapada en el cuerpo equivocado.
Pero ese fue el inicio y hasta ahí pienso que comprendíamos el sentir de estas personitas desorientadas.
Pero más adelante las minorías se agruparon en torno a ideologías de identidad de género, como lesbianas, gays, transexuales, bisexuales y otros, formando grupos cada vez más numerosos bajo las siglas LGBT+, con su banderita de colores y todo.
Lo negativo de esto es que los gobiernos defienden ese derecho e invierten muchos recursos económicos para garantizarlo y hasta promoverlo.
Recientemente se difundió la postura del conocido actor estadounidense Silvester Stallone, quien reaccionó a la exigencia de los grandes estudios cinematográficos de Hollywood para que se incluyan personajes homosexuales en películas de acción.
Por supuesto, Stallone se negó y además, mencionó que los gobiernos y las instituciones hacen más caso a unas minorías ruidosas que a las mayorías silenciosas.
No está mal que los integrantes de las comunidades LGBT+, ultrafeministas y otras manifestaciones sociales por el estilo, se perciban a sí mismos como tales. Lo malo es que quieran imponer a los demás a pensar como ellos piensan.
En redes sociales se dio a conocer el caso de un tipo que se cree perro dálmata. Disfrazado como ese animal, vive, come y duerme como uno de ellos. Se llama a sí mismo: Individuo transespecie.
Está pidiendo, no, exigiendo, que se le reconozca su derecho a ser un perro dálmata, y por corrección política, legisladores, funcionarios gubernamentales y empresarios están de acuerdo en que tiene todo el derecho de creerse un perro.
Pero si alguien se atreve a contradecirlo y a demostrarle con pruebas que no es un can, sino un ser humano, entonces esa persona se convierte en un intolerante y homofóbico.
Una persona subió un video donde pone el siguiente ejemplo: Supongamos que un sujeto se cree Supermán.
Se compra un traje y una capa y se sube a un rascacielos para tirarse desde el último piso.
Está en todo su derecho de creerse Supermán y tirarse de cabeza, pero no así convencer a un grupo numeroso de personas que pueden ser igual que él y volar por los aires.
Más aún, si el Gobierno le concede la razón sobre su derecho a sentirse Supermán y le compra un nuevo traje, le financia un tratamiento para agrandar sus músculos, entonces se están distrayendo recursos públicos para dar gusto a una minoría con una creencia absurda.
Eso es lo que está ocurriendo en la realidad. Nos están reeducando.
Cada vez es más común ver hombres de aspecto delicado, o bodas gay, o programas de difusión masiva donde se promueve que la homosexualidad es la nueva tendencia mundial.
El Nuevo Orden Mundial está deconstruyendo la masculinidad.
A como vamos, pronto nosotros, los heterosexuales, los que tenemos una familia monógama y tradicional, vamos a ser la nueva minoría.
En la película “El Quinto Elemento” (The Fifth Element, por su título en inglés. Fecha de estreno: 1997. Director: Luc Besson. Protagonistas: Bruce Willis, Gary Oldman, Milla Jovovich, Ian Holm y Chris Tucker), ambientada en un futuro distante, la mayor cantidad de los personajes son gays o lesbianas.
Y si Silvester Stallone no quiere que aparezcan tipos delicaditos en sus cintas de acción, como Rambo, Rocky, Los Indestructibles, Cobra y otras, habrá cientos o miles de directores que sí accederán a cumplir las nuevas exigencias de Hollywood.
Así es como nos van a reeducar en el Nuevo Orden Mundial. O como dice Putín, el Presidente de Rusia: Promueven la homosexualidad para reducir la población mundial, porque los gays no pueden tener descendencia propia.
Y aquí nos quedamos con el refrán estilo Pegaso que dice así: “Cada individuo tiene el albedrío de permutar su soma por un juguete tradicional cuyo vuelo es controlado por un tirante”. (Cada quién puede hacer de su cuerpo un papalote).