Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Pedo

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Por Pegaso

Hay palabras en el vocabulario actual que antes no podíamos decir ni de chiste, porque nuestros padres o abuelos agarraban un pedazo de carbón encendido y nos lo restregaban en el hocico.

Una de las expresiones verbales más universalmente adoptadas por la gente de hoy es la palabra pedo.

Pedo, según la Real Academia de la Lengua Española es la ventosidad que se expele del vientre por el ano, es decir, una flatulancia.

La palabra pedo, sin embargo, nos sirve a los mexicanos para todo tipo de ocasión, por ejemplo, cuando alguien anda ebrio se dice que anda bien pedo.

Difícil sería decirle a alguien que anda en estado etílico: “Andas semejante a la ventosidad expelida del vientre por el ano”. El aludido voltearía hacia nosotros con los ojos pelones para decirnos: “¿Ando qué?”

Cuando alguien se mete en un gran problema es que se metió en un pedo grande.

Si quiero reclamarle a otro por un insulto que profirió en mi contra, le preguntaré, echando el pecho adelante y manoteando hacia donde se encuentra: °¿Cuál es tu pedo?!

Por el contrario, si viene hacia mí con actitud amistosa, le diré: “¿Qué pedo, carnal?”

Si hay un problema en puerta, hay que estar al pedo. Si andan tras nosotros por haber incurrido en un delito o irregularidad, nos traerán al puro pedo.

Una borrachera es una peda.

Cuando alguien hace las cosas difíciles para nosotros, nos la está haciendo de pedo.

Cuando una cosa es irremediable, pues ya ni pedo.

Si uno se enoja con otro y amenaza con agredirlo, se la está haciendo de pedo.

Si tienes un amigo buena onda, dices que es buen pedo. Por el contrario, si es más gacho y arrastrado que la Señorita Laura, es muy mal pedo.

Cuando nos referimos a algo fuera de lo común decimos que eso es otro pedo.

Si preguntamos a un amigo qué planes tiene para hoy, le decimos: “¿Cuál es el pedo?”

Si repentinamente alguien le llega por la espalda a otro cuate y le lanza un grito estentóreo, le saca un buen pedo.

Pero ya estoy haciendo mucho pedo con la palabra pedo. Yo, que no acostumbre emitir palabras, frases, vocablos, términos, expresiones, locuciones o dicciones que vayan en contra del decoro y los principios morales que toda sociedad debe guardar.

Mis castos oídos e impoluta lengua detestan todo barbarismo, ordinarismo, barbajanismo, mexicanismo, vulgarismo, trogloditismo o arcaísmo relacionado con palabras tabú.

Ya los demás sabrán cuál es su pedo. Y si deciden utilizar cualquier expresión non sancta, serán mis dos o tres lectores los que se la hagan de pedo.

Como decía alguien en un programa de televisión: “¿Cuál es tu pedo? ¡Invítame a tu pedo!”

(Posdata: ¿Ya vieron la cara de pedo que tiene Donald Trump en la foto?)

Viene el refrán estilo Pegaso: “Solamente abstente de elaborármela de flatulancia”. (¡Nomás no me la hagas de pedo!)