Por Pegaso
La madrugada del miércoles Otis pegó con furia en la costa de Guerrero y barrió con Acapulco, uno de los enclaves turísticos más importantes del país.
Ni los grupos de la delincuencia organizada, ni los malos gobiernos ni la guerrilla han causado tanto daño como este fenómeno tropical que azotó como un huracán categoría 5, el más letal que existe en la escala Saffir-Simpson.
Lo que dejó detrás de sí fue una catástrofe total. Miles de damnificados que no podrán ser atendidos porque no hay Fondo de Desastres Naturales (FONDEN). El Gobierno del Pejidente ALMO lo desapareció desde su primer año de gobierno.
Para los que no saben nada de la potencia de los huracanes, les diré que los de Categoría 1 arrastran vientos de entre 118 y 153 kilómetros por hora, causan daños mínimos en vegetación, automóviles y casas; los huracanes Categoría 2 poseen vientos de entre 154 y 177 kilómetros por hora. Los daños a la vegetación, edificios y automóviles son considerables.
Los de Categoría 3 traen vientos de entre 179 a 209 kilómetros por hora. Causan severos daños en árboles, edificios y vehículos.
Los huracanes Categoría 4 están acompañados de vientos arrachados de entre 210 y 250 kilómetros por hora. Los daños son extremos en árboles, anuncios, casas y vehículos.
Los de Categoría 5 traen vientos de más de 250 kilómetros por hora y son considerados catastróficos. Se debe dar la alerta para que la población sea evacuada con varias horas de anticipación para minimizar los daños y pérdida de vidas humanas.
Y mientras los costeños sufren las de Caín porque se quedaron sin casa y trabajo, el Pejidente ALMO volvió a presumir los resultados de las mediciones mundiales de popularidad, que lo colocan en segundo lugar.
Muchos medios críticos se le fueron a la yugular por esto, pero yo creo que no va a pasar nada. Por el contrario, el cabecita de algodón seguirá gozando de gran aceptación entre los pobres del país, que son una inmensa mayoría y que además, están recibiendo su pizcacha cada dos meses.
ALMO ya es inmune a todo. Yo les aseguro que puede caer una bomba atómica en la Ciudad de México y él saldrá de los escombros todo campante, con mayor aceptación popular.
Pasó la prueba del Chapito, de la Mamá del Chapo, la de la corrupción de sus retoños, la del desabasto de medicamentos, la del fallido nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, la de la refinería que no ha producido un solo litro de combustible, ha sufrido dos infartos, ha tenido COVID 3 veces ¡y cada vez está más fuerte!
Yo creo que sus críticos, en el año que le falta de gobierno, le van a hacer lo que el viento a Juárez. Terminará su mandato, dejará a su sucesora en la Presidencia y se retirará a su haciendoa “La Chingada” como asesor plenipotenciario -léase, Jefe Máximo- y después seguirá imponiendo Presidentes per sécula seculorum, amén.
Por eso ni Otis ni todas las calamidades y sandeces del mundo van a mermar su popularidad.
¿Alguien extraña al PRI?
Los dejo con esa pregunta y termino con el refrán estilo Pegaso que dice: “Abandonar Guatemala para ingresar a Guatepeor”. (Salir de Guatemala para entrar a Guatepeor).