Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Muerte

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Por Pegaso


Que el cantante cubano Francisco Céspedes le desea la muerte al Pejidente ALMO, es la noticia que dominó el escenario nacional en los últimos días.
Hubo respuesta del propio ALMO y de su esposa, doña Bety Gutiérrez, pero también hay indignación nacional porque un tipo que logró el éxito gracias a México y los mexicanos, quiere que que el Pejidente se lo cargue el payaso, que entregue los tenis, que estire la pata.
Déjenme aclararles algo a mis dos o tres lectores: Desear la muerte a alguien no es malo. Al contrario, es lo mejor que puede haber.
La muerte es deseable para la mayoría de la gente, lo que no es deseable es el proceso, porque las agonías largas son dolorosas y desgastantes.
-“¿Por qué, Pegaso- preguntaría alguien con indignación- dices que la muerte es deseable, si nadie quiere morir?
Y yo respondo. Porque no saben que quieren morir.
Por ejemplo, las personas que creen en Dios. Ellas desean la muerte para reunirse con su Creador y tener una vida mucho más feliz que la que tienen en este mundo. Y si no desean eso, es que en realidad no creen en Él y están más apegadas a las cosas materiales.
Los estudiosos de la Tanatología, que es la ciencia que estudia la muerte, estarán de acuerdo conmigo: La muerte es el cese de las funciones vitales. Más allá, no hay nada. Entonces, si por algún motivo estás sufriendo en esta vida y no tienes forma de evitarlo, deseas la muerte porque eso significa que se acabarán todos tus problemas.
Por eso hay tanto suicida. Porque es la solución que hallan a sus tribulaciones.
Sólo quien tiene mucho dinero, salud, amor, fama, belleza y todos los bienes materiales puede decir que es feliz y no desea la muerte. Pero aún así, a la vuelta de ochenta años, tendrá que entregar el equipo y en poco tiempo sus herederos se andarán agarrando del chongo por la herencia, como buitres o hienas insaciables.
Pero para el grueso de la población, sería preferible vivir una vida de eterna felicidad en el Paraíso, al ladito de Papá Dios, en lugar de estar pasando por este calorón infernal, pandemias, huracanes, granizadas y gobiernos populistas.
Por eso, cuando vi la noticia de que Francisco Céspedes le deseaba la muerte al cabecita de algodón, yo ni me escandalicé.
Pero, ¿qué dijo el cubano que sacó tanta roncha?
“Cuando uno viene a un país que tiene mucha necesidad, cuando hay un presidente que invita el 15 de septiembre a un dictador cubano y lo pone por encima de los…, no sé. O sea, tú puedes invitar a cualquier presidente, pero no ponerlo como máximo, porque por eso entonces me cae muy mal ese tipo y ojalá que se muera”.
Eso fue lo que dijo. Pero hasta donde alcanzo a leer, pudo haberse referido al dictador cubano, no al mexicano.
Cuando dijo: Me cae muy mal ese tipo y ojalá que se muera”, tal vez no se refirió a ALMO, sino a Miguel Díaz-Canel, a quien el Pejidente tuvo como invitado especial en palacio el pasado 15 de septiembre.
Véanlo y analícenlo.
Yo, por lo pronto, si alguien desea mi muerte, la contestación que le daré será: ¡Hombre, qué amable de tu parte!
Por eso aquí nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “Únicamente el pusilánime fallece por duplicado”. (Solo el cobarde muere dos veces).