Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Monster

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Por Pegaso

¡Juar, juar, juar!

Cada que veo una de las graciosísimas caricaturas de los moneros mexicanos me río y me carcajio por la dosis de ingenio que les ponen.

Una de las más recientes es donde aparece “la corcholata” Adán Algusto López vestido como El Abuelo de la familia Monster, y a su lado, el Gobernador de Nuevo Nuevo León, Mamuel García, caracterizado como Vampirín, su nieto. (The Munsters, por su título en inglés. Serie de televisión de 1964 creada por Allan Burns y Chris Hayward. Protagonistas: Fred Gwynne, Ivonne De Carlo, Al Lewis, Beverly Owen y Butch Patric).

En otras vaciadas caricaturas se les compara con la familia Adams, otro grupo de personajes ficticios con características vampirescas. (The Addams Family, comedia de 1964. Creada por David Levy y Charles Addams. Protagonistas: Carolyn Jones, John Astin, Kackie Coogan y Ted Cassidy).

Así, Adán Algusto sería el “Abuelo Vampiro”, el carnal Marcelo sería “Largo”, Claudia Shikitibum sería “Morticia”, Eduardo Frenández Norroña sería algo así como “El Tío Cosa”, Rucardo Montreal sería “Dedos” y Mamuelito Delasco sería “Pericles”.

Ahí están todos los caracteres. No hace falta ninguno.

Quieran que no, el affaire de “Las Corcholatas” ya se ha choteado bastante y se ha convertido más bien en motivo de burla o broma.

Cuando el Pejidente “destapó” a sus candidatos para sucederlo en el 2024, dijo algo así: “Yo soy el destapador y estas son mis corcholatas”.

Y de ahí se les quedó el nombre. El mismo ALMO ha abonado a este choteo, que en un principio parecía algo divertido y fresco, pero que ahora resulta grotesco.

Yo les diría a “Las Corcholatas” que le digan a su Jechu (apócope de Jefecito Chulo, frase tomada del programa “Los Polivoces”, donde el personaje de Eduardo Manzano, llamado “El Molacho”, llega del trabajo a su humilde vivienda, ve a su viejecita, protgonizada por Enrique Cuenca y le dice: “Ya llegué, mi Jechu”), que ya no les diga así.

Es más, que les cambie el apodo por otro más pipirisnáis.

Que lo traduzca al francés, por ejemplo. Que en lugar de “Las Corcholatas”, les diga “Les Corcholatés”, y entonces se va a oir más refinado y ya no serán objeto de chunga.

Por cierto, el idioma francés es de lo más sencillo. Solo basta cambiar el artículo “el” o “la”, por “le” o “la”, y a cada palabra le pones la terminación “é”.

Así, si queremos decir la escoba en francés, sería “la escobé”, si queremos decir el sofá, diremos “le sofé”, si queremos decir los hijos, diremos “les hijés”, si queremos decir el papá, diremos “le papé”, y si queremos decir la mamá… Bueno. Se las dejo de tarea.

¿Pero verdad que el francés es muy sencillo?

Y los demás idiomas también, solo basta agarrarles la onda, por ejemplo, ¿cómo se dice mosquito en italiano? “La avionetta dela abitazione”.

¿Cómo se dice supositorio en portugués? “Chupón du traseiro”.

¿Cómo se dice suegra en alemán? “Que la riffen”.

Y en el mismo idioma teutón, ¿cómo se dice pesera o transporte colectivo? “Suben-strujan-bajan”.

Y no me voy sin antes dejar el refrán estilo Pegaso: “¿Es tu persona o alguien similar?” ( ¿Eres, o te pareces?)