Por Pegaso
¿Alguien ha notado que ya no se anuncian en la pantalla idiota los productos milagrosos, como las píldoras para bajar de peso y las pastillas para curar la impotencia?
Eso es porque hace unos nueve años los legisladores le entraron al tema y, junto con las televisoras, pusieron coto a ese tipo de publicidad fraudulenta que solo servía para bajarle la lana a los incautos, gorditos e impotentes.
El Equipo de Investigaciones Especiales de Pegaso se dio a la tarea de averiguar cuáles fueron algunos de los más populares y por qué tenían tanto éxito.
-HD Vision. Unos lentes que prometían al feliz portador tener una visión mucho más clara y nítida, como si estuviera viendo una visión de alta definición, o algo así.
-Biodisco: Ofrecía una conversión catalítica, lo que significaba que extendía el tiempo de conservación de los alimentos dentro del refrigerador, mejoraba su sabor, incrementaba la energía de la persona que los consumía, fortaleciendo el sistema inmune; también curaba todo tipo de enfermedades, incluyendo el autismo, el cáncer y el SIDA. Y lo mejor de todo, ¡solo valía 560 dólares! La verdad es que no sé cómo podía funcionar este artefacto, ya que solamente consistía en un disco de plástico.
-Tiras de kinesiología: Eran calcomanías de colores que prometían mejorar el rendimiento atlético. La empresa fabricante repartió 50 mil rollos entre los deportistas de mejor cuerpo que participaron en las Olimpiadas de Beijing 2008 para que la gente viera el resultado sorprendente. Lo curioso es que los atletas se prestaron a semejante patraña.
-Ahorrador de energía eléctrica: Consistía en una caja que, conectada al sistema de energía eléctrica de las casas, podía filtrar los armónicos, reduciendo ligeramente la intensidad del campo eléctrico. Fue un rotundo fracaso, porque los ahorros apenas de podían traducir en unos cuantos centavos en el recibo de consumo.
-Fitness Step. Unos tenis más feos que Danny Trejo, con una suelota que terminaba en una curva y que obligaba al usuario a hacer un gran esfuerzo para poder caminar. Pero la marca prometía que era todo un gimnasio a nuestros pies, así que miles de personas llegaron a comprarlos. Entre los beneficios prometidos estaba el bajar de peso mientras hacías tus actividades cotidianas, tonificar tus músculos, aplanar el abdomen, levantar el busto y poner los glúteos firmes.
-Extreme Fuel Treatment o ahorrador de combustible: Un producto que te permitía ahorrar miles de dólares en combustible. Fue sacado del mercado por su publicidad engañosa, que no estaba respaldada por pruebas científicas. Pero aún así, muchos se fueron con la finta, como dijo el Obispo.
-Oxygen Plus. Oxígeno enlatado. Precio: 32.49 por lata rellenable. Alternativa natural a la cafeína. Incrementaba la energía y vitalidad. Venía en tres agradables sabores: Menta, naranja y natural.
-Balance, pulsera holográfica: Bonitos artilugios que se vendían en vistosos colores. Para tenerlos, solo tenías que desembolsar 40 módicos dólares. Tenían un holograma integrado que mejoraba el balance, incrementaba tu energía y vitalidad, mejorando tu sistema inmunológico, con una mejor circulación y aprovechamiento del sueño. Por increíble que parezca, hubo quienes lo compraron y hasta decían que sí les funcionaba.
Dentro de esta vasta categoría de artículos milagrosos, había un sinfín de alimentos, suplementos, aparatos de ejercicio y toda una parafernalia de objetos que prometían convertirnos en verdaderos superatletas, con más músculos que Arnold Schwarzenegger.
Ya no se anuncian en la televisión abierta, pero de vez en cuando aparecen en la de paga. Sin importar lo que le prometan, mándelos a volar, no les haga caso. Son estafas. Mejor póngase a dieta, coma saludable, lleve una vida tranquila y haga algo de ejercicio. Su cuerpecito de tololoche se lo agradecerá.
Viene el refrán estilo Pegaso: “Abdomen repleto, músculo cardíaco jubiloso”. (Barriga llena, corazón contento).