Por Pegaso
Si yo fuera el Pejidente, no solo echaría una que otra mentirijilla en mi Sexto Informe para dar la nota, como un “plan con maña” para que los fifís, neoliberales y aspiracionistas tuvieran de qué hablar.
Yo explotaría muchísimos otros temas, como el de seguridad pública, el de educación, el de energía y otros más.
Por ejemplo, en el mensaje ante miles y miles de feligre…, perdón, de asistentes al evento del Zócalo, no solo los pondría a levantar la mano para consultar su opinión en torno a la Reforma Judicial, sino que los haría firmar a todos y a cada uno de ellos para tener una encuesta confiable.
Diría también que fue mentira lo de los 200 mil muertitos que aseguran los opositores que hubo durante el sexenio, ya que estos en realidad fueron enviados, con gastos pagados, a gozar de unas vacaciones permanentes en algún paradisíaco destino turístico.
Y ya que andamos metidos en gastos, les diría que el combate al crimen organizado dio excelentes resultados. Que la política de “abrazos, no balazos” permitió mantener un control sobre los cárteles y que estos, efectivamente, hicieron caso del exhorto aquel que se dio al principio de este gobierno para que sus abuelitas les jalaran las orejas por portarse mal.
Que el dólar no llegó a estar en los 12.50 pesos, como se había prometido, debido a que los intervencionistas e imperialistas gringos presionaron los mercados internacionales para hacer quedar mal al gobierno mexicano.
Que, igualmente, el precio de la gasolina no bajó como se había previsto porque se tardó un poquitín la producción en la refinería de Dos Bocas y también porque los mexicanos hicieron caso omiso de no usar vehículos motorizados para no gastar tanto combustible, siendo mejor andar a pie o en bicicleta para cuidar nuestra salud.
Diría que no solo tenemos un sistema de salud como el de Dinamarca, sino mucho mejor; el mejor del mundo y sus alrededores.
Agregaría que los apoyos al campo permitieron producir más y mejores alimentos para toda la población, lo que pasa es que también los señores delincuentes tienen que comer, por eso detienen a los camiones que transportan la mercancía por carretera. A final de cuentas, al igual que nosotros, son seres humanos y merecen consumir productos de buena calidad.
En fin, todo eso lo haría para que los periodistas chayoteros, la prensa vendida y neoliberal tuviera de qué hablar por lo menos en las próximas tres semanas, cuando dejaría el cargo de Pejidente de la República.
No es sencillo mantener contentos a estos desinformadores que todo lo tergiversan. Hay que estarles dando material constantemente para mantenerlos ocupados, hablando mal de uno y dándonos publicidad gratuita.
Mal haría yo, si fuera el Pejidente, poner en mi informe puras verdades, porque nadie hablaría de ellas.
Por eso digo que no hubiera sido mentira decir que nuestro sistema de salud está mejor que el de Dinamarca, sino que fue plan con maña, para que hubiera miga.
Y así, con una sonrisilla burlesca y picarona me despediría de toda la chairiza que seguiría adorándome.
Por cierto, tampoco sería totalmente verdadero decir que me iría a “La Chingada” a disfrutar de mi pensión de adulto mayor, sino que tal vez aceptaría un nombramiento de asesor de alguna cosa con el nuevo gobierno. Al fin y al cabo que yo fui el que lo puso.
Finalmente, me iría con el refrán estilo Pegaso, cortesía de José Alfredo Jiménez que dice más o menos así: “¡A pesar de todo, continúo desempeñándome como monarca!” (¡Pero sigo siendo el rey!)