Por Pegaso
Juanito Juan se ha convertido en toda una celebridad, gracias a Jaime Maussan y su obsesión por los OVNIs.
Y fíjense. A este cuate de Valle Hermoso, que no conozco, le pasan todo tipo de cosas relacionadas con los supuestos extraterrestres: Se le aparecen en el cielo, en la puerta de su casa, cuando está haciendo popó… bueno, hasta cuando duerme.
Lo más nuevo fue un video de una grabación que envió al programa de Jaimito Jaime, Tercer Mileño, donde se ve a un supuesto ser humanoide cerca de un vehículo, ahí, a un lado de su cantón.
Tras “analizarlo” y someterlo a las pruebas científicas más rigurosas, el especialista y “autoridad” mundial del tema OVNI dijo que se trata de imágenes “extraordinarias” y una “evidencia del mundo que no vemos”.
Lo que yo veo es a un chavo disfrazado con una máscara antigás, o algo por el estilo, con una chaqueta marrón que le cubre más debajo de la cintura y unos pantalones ajustados, en medio de la penumbra.
No sé por qué ese tipo de “evidencias” siempre salen borrosas, oscuras o pixeleadas. Diríase que los extraterrestres, fantasmas o demonios lo hacen adrede para que nosotros, los simples mortales, nos sigamos quedando con la duda de su existencia.
A ver. Con la tecnología actual, cualquier hijo de vecina puede tomar unas fotos fabulosas.
Ya no es el tiempo de las camaritas desechables con las que se tomaban instantáneas de muy mala calidad y que ya en aquel tiempo servían a nuestro ilustre ufólogo para “comprobar” que ellos ya están entre nosotros.
No. Ahora hasta los niños de pecho traen su Smartphone con resolución de 200 megapixeles, zoom de 100 x y procesador Snapdragon 8 ultra plus pro. ¡Ya no hay pretexto para que las fotos salgan borrosas!
Si a mí se me aparece un ET, apuntaré mi celular hacia él y se le verán hasta los piojos, jejenes, chinches, liendres o feferefes.
Por cierto, ¿saben lo que es un feferefe?
Pues resulta que estaba Pepito en el salón de clases con sus amiguitos y la profesora les pregunta:
-A ver, niños, ¿cuál es el animal más pequeño que conocen?
-Jorgito le contesta: ¡El jején, maestra!
-Muy bien, Jorgito,-contesta la mentora.
Levanta la mano Rosalita y dice: ¡El piojo, maestra!
-Muy bien, Rosalita.
-Jaimito se levanta y dice: ¡El feferefe, maestra!
Como la preceptora no sabe qué es un feferefe, le pregunta a Jaimito, y este contesta que es el animalito que traen los piojos en la cabeza.
La educadora se queda medio pensativa, pero da por buena la respuesta.
En eso, levanta la mano el tremendo Pepito y le dice: ¡El fifirifi, maestra?
-¿Y qué es un fifirifi?-pregunta algo amoscada la docente.
-¡Pues el que tienen los feferefes en el fufurufu!
Por lo que veo y leo, el tal Juanito Juan y el tal Maussán también tienen feferefes en el fufurufu.
¡No es posible que tanta gente crea en esas barrabasadas!
Sí. Llegan a ocurrir cosas que de momento parece que no tienen explicación o sentido, pero se ha demostrado que bajo una rigurosa investigación, a final de cuentas se trata de fenómenos naturales o conocidos.
Como el bromista disfrazado que aparece en la grabación que medios “serios” de comunicación como Mileño, Tele Aztuerca o Telerisa proyectaron en horario estelar y en cadena internacional como una prueba irrefutable de que los extraterrestres existen.
Lo hacen, pienso, para mantener alelada, apendejada, estupefacta y fácilmente manipulable la mente de los crédulos, que son, por desgracia, la inmensa mayoría.
Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “Percibes visualmente aquello que anhelas discernir”. (Ves lo que quieres creer).