Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Influ¿qué?

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Por Pegaso

La gran, gran diferencia entre un líder de opinión -como pueden ser los periodistas, los médicos, los maestros o los políticos- y los influencers, es que los primeros saben de lo que hablan porque dominan el tema y los segundos solo saben subir contenido chatarra a las redes sociales. En cierta medida, los líderes de opinión son especialistas y como tales, resultan ser los guías idóneos para la opinión pública.

Lamentablemente -y esta es una señal de nuestros tiempos-, con las redes sociales se han popularizado aquellos jovenazos que salen haciendo estupidez y media para ganar miles de seguidores tan descerebrados como ellos.

No estoy diciendo que todos los influencers cojean de la misma pata, pero como todo mundo sabe, el ciberespacio pulula de ellos y es difícil navegar en las redes sin encontrar muchos ejemplos de contenido basura.

Hay una fórmula muy simple que define a un influencer: El número de seguidores (S), es directamente proporcional a la cantidad de veces que se utiliza la palabra “güey” (G) multiplicada por el número de likes (L) al cuadrado, es decir: S=G x L2.

Durante más de un siglo, los medios de comunicación impresos y electrónicos informaron, orientaron y educaron a la opinión pública.

Después vendrían la Internet y las redes sociales y todo cambió drásticamente, desde la instantaneidad de las noticias hasta la democratización de los medios de comunicación, donde cualquier persona puede convertirse en superestrella con tan solo llegar a los 100 mil seguidores en sus cuentas de Facebook, Twitter o Instagram.

Es como si de pronto la práctica médica se viera democratizada y cualquier hijo de vecina pudiera realizar una operación a corazón abierto.

El periodista, para ser un líder de opinión, se ha preparado durante muchos años y sabe su oficio, así que no es posible hacer un comparativo con los influencers, por lo que ya expliqué líneas arriba.

Dicho lo anterior, el próximo 4 de enero, fecha en que se celebra el Día del Periodista, espero que las autoridades u organismos que vayan a organizar alguna celebración inviten a puros periodistas y que no haya influencers colados.

Que se esperen al “Día del Influencer” y verán que nosotros no vamos a ir a su festejo.

Repito: No todos ellos merecen mi desaprobación, porque hay quienes sí aportan a la cultura y al entretenimiento, como Luisito Comunica o Verónica Zumalacarregui, pero la gran mayoría están pa’l perro.

No quisiera profundizar más en el tema, sino que es necesario afirmar que cada uno, líder de opinión e influencer, cumplen un rol específico en la sociedad y no deben ser confundidos.

Por cierto, aquí va la definición de ambos:

LÍDER DE OPINIÓN: Es una persona u organización que tiene la capacidad de ejercer influencia sobre las actitudes o conducta de otros individuos, hacia ciertas formas de pensar o de actuar, en virtud de que es percibido por los demás como una autoridad o una fuente confiable de información, noticias o reflexiones y cuyos puntos de vista son tomados como modelo por un grupo social o una comunidad en particular.

INFLUENCER: Es una persona o animal que se ha hecho famosa a través de Internet. Se caracteriza por tener una comunidad de seguidores en las principales redes sociales.

Dicho lo anterior, nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “¿Cuán porciones de producto cárnico rebosadas en pan con tales bifes?” (¿Qué milanesas con esos bisteces?)