Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Humor

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Por Pegaso


Hay que aclarar algo: Aún con ser un alarde de la tecnología, la Inteligencia Artificial no hace milagros.

Por lo menos en los dos últimos años se han popularizado los programas de AI que responden a todo, o a casi todo. Los usuarios generalmente lo ven como algo que está fuera del alcance de la inteligencia humana, pero en eso no hay nada de cierto.

Cuando yo le pregunto a una AI que quiero saber determinada cosa, el algoritmo busca en Internet todo lo que está disponible sobre el mismo tema, lo sintetiza y presenta una respuesta.

Lo que a nosotros nos llevaría mucho tiempo, a la IA le lleva apenas unos segundos. Pero a final de cuentas, los resultados serían similares.

Me gusta aquel relato donde un grupo de científicos han desarrollado la más poderosa Inteligencia Artificial, con computadoras cuánticas y toda la cosa.

La computadora ha sido conectada a la red global, y como ocurre con Skynet en Terminator (The Terminator, por su nombre en inglés. Estrenada en 1984. Director: James Cameron. Protagonistas: Arnold Schwarzenegger, Linda Hamilton y Michael Biehn), ésta puede controlar todo lo que esté en línea en el mundo, desde otros servidores hasta computadoras personales, teléfonos inteligentes y armamento nuclear.

Total. El Jefe de científicos pulsa el botón de encendido y el algoritmo empieza a operar.

La primera pregunta que le hacen, y eso lo decidieron por unanimidad, es si las momias de Jaime Maussán son verdaderas.

La respuesta de la máquina fue: “Esas son jaladas, bip-bip-biiiip”.

La segunda pregunta fue: “¿Existe Dios?”

Esta vez, la respuesta fue: “¡Ahora sí, pendejos, juar-juar-juaaaar!”

Por cierto, algo que todavía no hace la Inteligencia Artificial, ni los robots ni los programas informáticos, por muy avanzados que sean, es entender chistes como el de arriba, algo que es intrínsecamente humano.

Los Ángeles Times publicó en el 2019 un artículo titulado: “El desafío de la Inteligencia Artificial: Entender los chistes”.

Señala en un primer párrafo que tanto Alexa como Siri, dos de los más populares programas de IA incluidos en los teléfonos inteligentes, pueden contar chistes extraídos de las bases de datos, sin embargo, nunca veremos que inventen alguno, por ejemplo:  ¿Qué le dijo Siri a Alexa cuando se pusieron a platicar?  Le dijo: “Alexa, debes tomar las cosas con Siri-edad”. (Este es un chiste inventado por un humano).

Los Ángeles Times señala que los lingüistas y científicos informáticos aseguran que el humor es lo que hace que los humanos sean especiales, y cuando los humanos tratan de enseñar a las máquinas lo que es divertido, los resultados son a veces ridículos, pero no de forma prevista.

Una de las características de la Inteligencia Artificial es que aprende por ella misma. El programador solo introduce las instrucciones y a partir de ahí, el algoritmo adquiere más conocimientos y experiencias.

Con todo, los especialistas piensas que aún falta mucho para que las máquinas superen al Hombre por lo menos en tener sentido del humor.

La prueba más palpable es el androide T-800, protagonizado por Arnold Schwarzenegger, que siempre sale con cara de pocos amigos y no entiende para nada los chistes y bromas que le juega el joven John Connor.

Viene el refrán estilo Pegaso: “La gracejada de la gracejada es que posea gracia, de otra manera, ¡cuán gracejada!” (El chiste del chiste es que tenga chiste, si no, ¡qué chiste!)