Por Pegaso
Hay dos versiones opuestas sobre el papel que jugará la Presidenta Claudia Shiquitibum en el presente y futuro próximo de México.
Por un lado, hay quienes dicen que se trata de una copia del anterior Pejidente, #YaSabenQuién, porque le debe el puesto y además porque le dejó el piso parejito, parejito, sin oposición al frente y con los tres poderes bajo control.
Se asoma uno de mis dos o tres lectores, medio confundido: “Pe-pe-pero oye, Pegaso. El Poder Judicial aún está peleando y tiene vigentes todavía recursos de impugnación que deben resolverse en tribunales”.
Sí. Pero eso es mero trámite. Son patadas de ahogado. Lo que se hizo, ya se hizo. Bienvenidos a la transición.
El otro punto de vista, el que quieren ver los que apoyan la Cuarta Transformación, es el de una Presidenta fuerte, de mano dura. Una especie de Margaret Tatcher a la mexicana.
¿Cuál de las dos posturas es la correcta?
Quienes manifiestan su temor de que Claudia no estará a la altura, porque no es lo mismo que esté ALMO que su pupila, aseguran que no ha pasado ni un mes, cuando ya el país está en llamas y pronto se le escapará de las manos, si es que no interviene antes el cabecita de algodón para componer las cosas.
Y aquí yo me atrevería a pensar que si eso llega a ocurrir, tendrían que habilitarle algún tipo de cargo honorífico al ex pejidente.
Si yo fuera de su círculo más cercano, sugeriría que se convierta en Vocero de la Presidencia y sea él quien encabece las Mañaneras, como había acostumbrado durante todo el sexenio pasado.
Pero no. Yo apuesto por la versión mexicana de la “Dama de Hierro”.
Es preferible tener una mano dura, que una laxa. No tardarían en subírsele los grandes tiburones del capital y del crimen organizado, que solo esperan un signo de debilidad para destrozarla.
Hay que recordar que Margaret Tatcher, quien fue Primera Ministra de Inglaterra de 1979 a 1990, impuso desde un principio su mano firme, su férreo control de los asuntos del Estado, el dominio sobre los ministros del gabinete y su fuerte política monetarista.
Como Jefa de Estado, supuso una completa transformación del Reino Unido al apoyar la privatización de empresas estatales, de la educación y de los medios de ayuda social, cosa que en México se orienta precisamente hacia el lado contrario.
No obstante, a favor de la segunda tesis hemos visto cómo las tropas del Ejército Mexicano han entrado con más fuerza a poner orden en Sinaloa. Quedan pendientes otras regiones en llamas, como Guerrero, Guanajuato, Zacatecas y Michoacán.
Los soldados mexicanos están ansiosos por entrar a un verdadero combate y ansían liberarse de la mordaza que representaba la política de “abrazos, no balazos”.
Basta ver las cuentas de Facebook de muchos elementos castrenses que suben contenido para conocer su espíritu combativo.
Si en verdad Claudia va a ser una “Dama de Hierro”, creo que debe empezar por el tema de la violencia que tanto lastima a los habitantes de este país.
Y no es necesario derramar sangre a raudales, como pretenden algunos. La negociación, en todo caso, es preferible, como ocurre en Estados Unidos, donde manda “El Sindicato”, o en Rusia, con la “Maria Rusa”, o en China, con “Las Tríadas”, o en Japón, con “Los Yakuza”, o en Italia, con “La Cosa Nostra”, o en Inglaterra con “Los Adams”, o… Bueno. Solo estaba recordando que hasta antes de la mal hadada guerra de Felipe Calderón (que fue como aventar una pedrada a un panal) los narcos no se metían con la gente, ni la desaparecían, sino que cada quien hacía lo suyo y todo funcionaba más o menos bien.
Viene el refrán estilo Pegaso: “Que tu extremidad superior diestra ignore lo que realiza la siniestra”. (Que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda).