Por Pegaso
¡Híjole! ¡Cómo soy de mal pensado!
Siempre creí que la pegajosa canción intitulada “Cómo se mata el gusano” hacía referencia a una posición del himeneo donde la mujer mantiene un rol totalmente activo.
Pero ahora veo que eso está muy lejos de la realidad.
Al ver un video que se hizo viral donde una correteable damisela ataviada con albo y corto vestido, bailando en una despedida de soltera al ritmo de la mencionada canción, mientras el resto de los asistentes aplauden y la animan a continuar con su danza, no me queda más que admitir que estuve equivocado.
No. Solo se trata de un cándido y divertido juego donde cualquiera puede participar, desde los más peques hasta los de la tercera, cuarta y quinta edad.
En este video en especial, la chica se acerca a una silla y empieza a contonear alegremente sus ebúrneos encantos, mientras el vaporoso vestido deja entrever sus muy torneadas piernas. Acto seguido, se sienta sobre la misma silla y en un gracioso movimiento, se mueve hacia arriba y abajo con frenesí, como si de verdad hubiese un bicho en la superficie del mueble y su intención fuera matarlo a sentones.
Y mientras tanto, el público conocedor, integrado principalmente por féminas jóvenes, aplauden al ritmo de la canción: “¿Y cómo se mata el gusano? ¡Se mata así, se mata así, se mata así! ¡Muere, gusano, muere!¡Muere gusano, muere!”
La verdad, la verdad, es que hay muchas maneras de matar un gusano que no sea a sentones.
Recientemente vi una noticia de que el gusano cabeza de martillo (Bipalium kewense), es muy difícil de matar.
El Instituto Natural Resources Conservatios Service (Servicio de Conservación de los Recursos, de los Estados Unidos) recomienda que se le vierta vinagre o agua salada, o algún otro método químico, ya que si se aplasta o se corta, cada pedazo se transformará en un nuevo gusano.
Esto ha convertido a este animalito en una plaga peligrosa y molesta en los Gringolandia y otros países del mundo, ya que es originario de oriente.
¿Imagínense querer matar a este animalejo a sentones? No se lo recomendaría a la chica del vestido blanco por nada del mundo.
Allá, en mis años mozos, solíamos extraer lombrices del suelo para ir a pescar al río.
Cavábamos con una pala o un instrumento afilado hasta que hallábamos a los bichos. Los juntábamos en un bote y después los ensartábamos en el anzuelo para que picaran las carpas, bagres y matalotes que solíamos comer con fruición en nuestras casas.
Curioso por saber más del tema, me metí a buscar en Google el origen de la canción “Cómo se mata el gusano”.
Resulta que el autor de tan culta e instructiva melodía es un cuate que se llama Luis Domingo Merchant Ovando, de Coatzacoalcos, Veracruz (tenía que ser veracruzano).
“Pocos saben que el compositor del tema “Cómo se mata el gusano” es orgullosamente de Coatzacoalcos y este viernes el Ayuntamiento de Coatzacoalcos le entregó un reconocimiento a Luis Domingo Merchant Ovando por sus dos décadas de trayectoria”,-dice una nota que encontré.
¡Bien merecido! Resulta de gran utilidad social saber cómo matar el gusano.
Espero que no pierda el toque y próximamente nos deleite con algunos otros temas que podamos compartir con nuestros cuates, padres, hermanos e hijos.
Esto me deja un aprendizaje muy grande y un crecimiento emocional: A partir de ahora, cuando escuche una pegajosa melodía, lo pensaré mucho antes de sacar una conclusión precipitada.
Me pasó lo mismo con otros temas, como aquel que dice: “¿Qué será lo que quiere el negro?”
Los dejo con el refrán estilo Pegaso que dice así, que dice así, que dice así: “Discurre de manera negativa y obtendrás la certeza”. (Piensa mal y acertarás).