Por Pegaso
Hoy estará en Reynosa el diputado pedorro Eduardo Norroña, colero (no culero… o bueno, tal vez sí), junto con Rucardo Montreal y Mamuel Delasco en la carrera de “las corcholatas” del Pejidente ALMO.
Viene a hacer una férrea y bizarra defensa de la Cuarta Transtornación.
El tema de cajón que los aguerridos periodistas locales le habrán de plantear es el de los libros de texto.
Por supuesto que Norroña va a justificar, excusar, abogar, interceder y hasta exculpar el contenido socialistoide que el régimen del cabecita de algodón tratará de imbuir en la mente de los niños mexicanos.
Los pequeños aprenderán quién fue Lucio Cabañas, cuál fue la odisea que tuvo que pasar ALMO para llegar a ser Pejidente y cómo los malvados neoliberales le pusieron piedras en el camino. Cómo le robaron el triunfo en el 2005 y el 2011 y de qué heroica manera está impulsando un cambio en el país.
Para mí no es un tema de debate que vayan a poner a los chamacos a hacer maquetas de penes erectos simulando una eyaculación o vaginas menstruando, porque todo eso lo saben mejor que nosotros.
Lo que sí es totalmente injustificable es que se elimine la enseñanza de las matemáticas, que se aplique un sesgo ideológico al tema de la historia o que vengan muchas faltas de ortografía.
Ya veo a Norroña diciendo que la educación socialista es lo mejor para el País, porque el pueblo se verá beneficiado al no ser educado para servir a los intereses del mercado, como sucede actualmente.
Pero hay un pequeño detalle. Cuando existe un sistema de mercado, capitalista o liberal, al individuo que trabaja, que tiene iniciativa y que aplica el ingenio, le va bien, mientras que al güevón le va mal.
El socialismo premia al güevón y castiga al emprendedor. Le quita a este para darle a aquel.
Los más prestigiados escritores y filósofos de la actualidad consideran que el socialismo es un sistema fallido. Recomiendo leer el libro de Yuval Noah Harari llamado “De animales a dioses”.
Según ese autor, tras el pacto agrícola, -donde los dioses estaban en el centro de todo, a quienes se tenía que dar gracias por las lluvias y por una buena cosecha-, mismo que duró hasta la Revolución Industrial, llegó el sistema humanista, donde el hombre desplazó a los dioses como el centro de todas las cosas.
El Humanismo se dividió en tres grandes ramas: El Humanismo Liberal o capitalismo, el Humanismo Social o socialismo y el Liberalismo Evolutivo o fascismo.
De los tres, solo el primero demostró tener mayor fortaleza y solidez. Tanto así que el Muro de Berlín cayó y todos los alemanes que estaban en el lado socialista brincaron de alegría.
China, por otro lado, ya no es socialista, sino que hace honor al capital, igual que Rusia.
¿Cuáles son los efectos más visibles del socialismo? Hay que darse una vueltecita por La Habana, Cuba, donde el panorama es triste y desolador, donde millones de personas han tenido que abandonar la isla en una diáspora que los lleva inevitablemente hacia Miami, Florida, Estados Unidos.
Vean una foto de La Habana y compárenla con Miami. La diferencia es abismal y los cubanos viven el sueño americano donde son libres de trabajar y progresar sin que esté un dictador a sus espaldas.
Pero eso es lo que quieren hacer ahora con la educación en México. Dejar de producir esclavos del mercado para producir esclavos ideológicos. ¡Buuuuuaaaaaaa!
Viene el refrán estilo Pegaso: “Abandonamos Guatemala para ingresar a Guatepeor”. (Salimos de Guatemala y entramos a Guatepeor).