Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Gandalla

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Por Pegaso

El hombre es gandalla por naturaleza, y no me refiero al Ser Humano en general, sino al género masculino.

Durante milenios el patriarcado ha servido para que los varones tengan supremacía sobre las mujeres, a quienes se les llama comúnmente “el sexo débil”.

A través de la historia ha habido muchos más reyes que reinas, muchos más emires que emiras, muchos más califos que califas, muchos más primeros ministros que primeras ministras, muchos más presidentes que presidentas y así, podemos recorrer todas las posiciones de poder y veremos que el hombre ha acaparado la mayor parte de ellos.

El hombre obtiene lo que quiere y la mujer se doblega.

Tal vez el último gran logro que ha tenido es haberle robado a la mujer su feminismo, su identidad.

Sí. Gracias a un truquito llamado auto percepción, cualquier sujeto barbón y de pelo en pecho puede decir que se percibe a sí mismo como mujer, ir a una oficina del Registro Civil y cambiar su identidad “oficial”.

Y el resto de la gente tendremos que aceptar ese cambio, de lo contrario, nos veremos en serios predicamentos, acusados de transfobia y otros epítetos por el estilo.

Pongámoslo así: El hombre ha robado a la mujer su identidad y la mujer hasta lo festeja.

Leyendo algunas revistas del corazón o viendo programas chafas, como “Veneneando”, se puede ver cómo los conductores se refieren a varones vestidos de mujer como “ellas”.

Todo esto se lo debemos a un psicólogo social llamado Daryl Bem.

Bem planteó la teoría de la auto percepción entre 1965 y 1972 intentando explicar cómo modificamos nuestras actitudes a partir de cómo llegamos a percibirnos.

De ahí se han agarrado aquellos sujetos que nacieron biológicamente como hombres, pero que dicen sentirse como mujeres.

La clave es la palabra “sentirse” que se cambia por “ser”.

Por ejemplo, algún varón nacido con cromosomas XY (Aportación cultural: Todos los hombres nacemos con un par de cromosomas XY y las mujeres con un par XX) puede pensar que nació en el cuerpo equivocado, que en lugar de hombre se siente mujer.

La teoría de Bem de la autopercepción le ayuda para cambiar el verbo “sentir” por el de “ser”. Entonces, ya no dirá que se siente como mujer, sino que es una mujer.

Y de esa forma, se consuma el robo de identidad.

Yo creí que el hombre tenía todo acaparado, desde los puestos de poder hasta los grandes logros deportivos -ya que es más fuerte y agresivo que la mujer-, que se conformaba con todo eso y que lo único que le faltaba era ser mujer.

Pues no. Ahora vemos que en los concurso de belleza femenina compiten al tú por tú con las despampanantes bellezas con cromosomas XX y a veces hasta les ganan.

Al rato también van a querer parir, y eso sería el colmo.

En la película “La Vida de Brian” (Life of Brian, por su título original en inglés. Estrenada en 1979. Director: Terry Jones. Protagonistas: John Cleese, Graham Chapman, Terry Gillian, Terry Jones y Michael Palin) unos miembros del Frente de Judea Unida discuten sus planes para derrocar al imperio romano.

De pronto, uno de ellos dice que quiere cambiar de sexo y los demás le preguntan cuál es la razón de esa decisión.

-De ahora en adelante quiero que me llamen Loretta.

-¿Cómo?

-Estoy en mi derecho.

-¿Y por qué quieres que te llamemos Loreta, Stan?

-¡Quiero tener bebesitos!

-¿Qué quieres tener bebesitos?

-Todo hombre tiene derecho a tener bebesitos, si lo desea.

-Pero, ¡no puedes tener bebés!

-¡No me acoses!

-No te estoy acosando, Stan. Tú no tienes matriz. ¿Dónde se va a gestar el feto?¿Lo vas a guardar en una cajita?

-Estamos de acuerdo en que no puedes concebir porque no tienes matriz, pero eso no es culpa de los romanos, mucho menos la nuestra, pero tienes derecho a tener bebés.

-Buena idea, Judith. Combatiremos a todos los que te critiquen por querer tener bebés, hermano… ¡hermana, perdón!

-¿Y qué sentido tendría eso? Pelear por su derecho a tener bebés cuando no los puede tener.

-Sería una lucha simbólica contra la opresión.

-Sí. Tu lucha simbólica contra la realidad.

Y eso es, precisamente lo que están haciendo los hombres que se creen mujeres: Luchando simbólicamente contra la realidad biológica.

Nos vamos con el refrán estilo Pegaso, cortesía de La Chupitos: “Es una fémina originaria del planeta Marte: Sin glándulas mamarias y con cachiporra”. (Es una mujer marciana: Sin chichis y con macana)