Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Ficheras

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Por Pegaso


No es que el cine mexicano sea malo, solo que es casi monotemático.

En la década de los 50, en lo que se conoce como la Época de Oro, se producían solo películas de charros, de donde surgiría el estereotipo del mexicano bragao y mujeriego; en la década de los 60, los luchadores, en los 70, el cine de ficheras, en los 80 fue puro de contrabando y traición, en los 2000 ya le cambiaron un poquito y se fueron hacia el narcotráfico.

En la actualidad, las producciones cinematográficas en México aún dejan mucho que desear. Directores como Guillermo Del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu se han tenido que inspirar en el estilo de hacer películas de Hollywood para salirse un poco de los tradicionales y trillados temas.

Alguien decía por ahí que en México se produce cine chatarra porque el Fidecine no es demasiado quisquilloso al momento de exigir calidad. E incluso hay quienes aprovechan para hacer algún churro que les cuesta 500 mil pesos, pero justifican gastos de 2 o 10 millones.

El caso más sonado fue, en su momento, el de Eugenio Derbez, lo que orilló entre otras cosas a la extinción de ese fideicomiso.

Se podría escribir toda una enciclopedia en torno a las producciones mexicanas, pero lo que a mí siempre me llamó la atención fue el cine de ficheras.

Y no porque yo haya visto muchas pelis de ese tipo, porque aún era un Pegaso chaval, sino que había muchos actores graciosísimos, como Alfonso Sayas, Alberto Rojas “El Caballo”, “El Flaco” Guzmán, “Chóforo”, “Tun Tún”, Pedro Weber “Chatanuga”, Lalo De la Peña “El Mimo”, Rafael Inclán, Luis De Alba y César Bono, sin olvidar a las correteables vedettes que aparecían en escena dándose de picoretes con el galán de moda, como Shasha Montenegro, Angélica Chain, Olga Breeskin, Wanda Seux, Lina Santos y Rosy Mendoza.

Y los suertudotes galanes, como Jorge Rivero, Andrés García y Mauricio Garcés.

Títulos como “Las Ficheras”, “Los Albañiles”, “Los Plomeros”, “Los Verduleros”, “Emanuelo”, “Tívoli”, “Bellas de Noche”, “¡Oye Salomé!”, “Noches de Cabaret”, “Las del Talón” y muchos más, hicieron las delicias de nuestros padres, tíos y hermanos de aquella época, entre los 70s y 80s.

Ahora, en retrospectiva, me gusta ver algunos clips de aquellas películas que, aunque monotemáticas, como casi todo lo que se produce en México, hacían reír a más de uno.

Se encuentran Alfonso Zayas y Tun Tún en un cabaret tomando unos alipuses.

El enano le comenta de una idea maravillosa que se le ha ocurrido y Zayas, curioso, le pregunta cuál es.

Tun Tún le dice: “Mira, compradre. Así como hay mujeres ficheras, también puede haber hombres ficheros.

-¡Ahhh! ¡Qué poca ma… drecita tiene usted, compadre!¿Quiere que me convierta en fichero?

-No. En fichero no. En prostituto.

Algo mohíno, Zayas le confiesa que no se siente bien con la idea, pero como Tun Tún tenía mucha labia, finalmente lo convence.

Ambos actores trabajaron en un titipuchal de películas, casi siempre bajo la misma temática.

Tun Tún en realidad se llamaba José René Ruiz Martínez, y era originario de Tampico.

De niño fue diagnosticado con enanismo, pero eso no fue obstáculo para seguir su vocación de actor y comediante, así que en 1949 debutó al lado de Germán Valdés “Tin Tán” en “El Rey del Barrio”, donde también participaba Fanny Kaufmann “Vitola”, luego le siguieron otros filmes con el mismo actor, como “No me defiendas, compadre”, “Simbad el Mareado” y “El Vizconde de Montecristo”.

En fin. Cuando se habla de películas de ficheras es lo que viene a mi mente y es lo que muchos de una generación anterior a la mía todavía recuerdan. O sea, los “chavorrucos”.

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “No existe individuo de baja estatura que caresca de malicia”. (No hay romo que no sea mañoso).