Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Encabezados

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Por Pegaso


Nosotros, los periodistas, no estamos exentos de tener errores ortográficos o fallos semánticos en nuestras redacciones.

Hay algunos que yerran sin querer y otros que lo hacen intencionalmente, como aquel encabezado que publicó un periodiquillo amarillista de Monterrey llamado “La Garrapata”.

Decía el citado titular: “A la esposa del Gobernador le apesta el burro”.

Y sí, efectivamente. Un día antes, la esposa del que era entonces gobernador, había ido a la Presidencia Municipal regia a denunciar a una persona que en un lote baldío cercano a su casa soltaba a pastar todos los días un asno que producía malos olores.

El avispado director del pasquín aprovechó para cobrarse una vieja afrenta que le había hecho el Gobernador y esa portada pasó a formar parte del anecdotario reporteril mexicano.

Hay muchos otros ejemplos de encabezados raros.

Había una revista llamada “¡Alarma!”, la cual doblabas un poco y chorreaba sangre, porque solo traía casos policíacos sangrientos y escandalosos.

En cierta ocasión cabeceó a plana completa: “Violóla y matóla”, lo que significaba que un sujeto violó y mató a una mujer.

En el 85, inmediatamente después del sismo, el rotativo “La Prensa” publicó una edición extraordinaria cuyo titular a toda plana solo decía: “¡Oh, Dios!”, y una escena dantesca donde se veía la devastación que provocó en la capital mexicana ese fenómeno natural.

Pero los hay también jocosos y divertidos, por ejemplo:

-Cae ciego por cometer robo. Sale libre al comprobarse que no tuvo nada que ver: La Prensa.

-Tiran cadáver muerto ya fallecido de un dijunto: Desconocido.

-Murió por subirse al guayabo en ayunas: Noticias.

-Bailando cumbia se infarta y muere: Desconocido.

-¡Gasumadre!: Metro, al relatar cómo estalló un camión con 60 cilindros repletos de gas.

-Fallecen tres al ser asesinados: La Prensa.

-¡A trabajar, mi negro!: El Universal, cuando Obama ganó la Presidencia de Estados Unidos.

-Se fue cuando se vino: Desconocido.

-Culiacán, me das miedo: Metro, cuando liberaron al hijo de El Chapo.

-En plena manuela, ¡casi se hace la jarocha!: Desconocido.

-Una mujer apuñala a un hombre y reclama el cuchillo a la policía para pelar una cebolla: Desconocido.

Como ven mis dos o tres lectores, el ingenio de los cabeceadores y jefes de redacción de los periódicos no tiene límites.

Yo lo único que tengo en contra de los encargados de cabecear las notas es esa chocante costumbre de poner en presente lo que corresponde al pasado.

Pongamos por ejemplo la cabeza: “Fallecen tres al ser asesinados”.

Lo correcto hubiera sido: “Fallecieron tres al ser asesinados”, porque el hecho ocurrió en el pasado, no sigue ocurriendo en el presente.

Si yo tomara la frase al pie de la letra, pensaría que a los pobres sujetos siguen muriendo en este momento.

Por lo mismo, este es un consejo para todos los redactores de notas periodísticas, directores, jefes de redacción e información y boletineros: No usen el tiempo presente cuando la acción ya ocurrió. Sin embargo, puede usarse cuando es algo que aún está transcurriendo o se trata de una situación permanente, por ejemplo: “Lleva Gobernador beneficios a las colonias”.

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “Existe la totalidad, de manera similar al viñedo del amo”. (De todo hay, como en la viña del Señor).