Por Pegaso
Dice la Constitución que solamente hay un ejército en los Estados Unidos Mexicanos, nombre completo de nuestro país.
Pero en la práctica, hay cientos de agrupaciones que compiten en armamento con nuestra gloriosa institución castrense, que de gloriosa no tiene nada, porque se dejan corretear y hasta cachetear por los delincuentes.
¿Qué porque el Pejidente dice que hay que darles abrazos y no balazos? Seguramente los viejos militares, los de pura cepa primero les descerrajaban un plomazo en la cabezota a los malandrines y de paso también al Pejidente.
Pero estos son otros tiempos.
El Gobierno de la República no solo tolera a los ejércitos clandestinos, sino que también apapacha a las fuerzas armadas, dándoles concesiones para que construyan refinerías, aeropuertos y ferrocarriles, y más poder al proporcionarles el control de la Guardia Nacional, pasándose la Constitución por el arco del triunfo.
Entonces, los diputados y senadores de la mayoría morenista, deben estar pensando en modificar la Constitución para que pueda haber más de un ejército en México, incluyendo los privados, los que están formados por guaruras que cuidan la espalda de los grandes empresarios millonetas.
Un ciudadano no puede tener un arma en su casa, aunque sea una resortera, porque si se la descubren se mete en un pedo mundial.
¡Ahhh! Pero los Garza Lagueras, los Larreas, los Slims y toda esa retahíla de regordetes empresarios, podridos en lana, se desplazan en vehículos blindados y sus guarros portan armas de grueso calibre de uso exclusivo del Ejército Mexicano sin que nadie les diga nada.
Viene a colación el tema porque ayer arrancó la campaña de canje de armas en Reynosa.
Los primeros que llegaron, porque así estaba programado, fueron dos niños, uno como de ocho años y otro como de diez. El primero traía un rifle de plástico y el segundo, tres pistolas del mismo material.
Entregaron los juguetes y recibieron a cambio un artículo de los que tenían los militares en una mesa.
Y el Alcalde Carlos Peña, en su discurso, dijo que sería saludable abrir un debate nacional sobre el tema de la portación de armas, ya que estamos en un país donde la violencia es cosa de todos los días, y muchas veces los padres de familia se ven obligados a conseguir una arma para proteger a los suyos y sus posesiones. Aunque el munícipe no se pronunció ni a favor ni en contra.
Y aunque Alito Moreno, el Presidente del PRI está más loco que una cabra, hace unos días puso los puntos sobre las íes al señalar que es necesario que se legisle para permitir la portación de armas de fuego.
De esa manera, razona el priísta, el ciudadano común y corriente podrá defenderse de los secuestradores, ladrones y asesinos.
En Estados Unidos, sin embargo, ya vienen de regreso. Allá, la Segunda Enmierda garantiza que cada familia puede tener una pistola, o una escopeta, o un rifle de asalto, o un lanzagranadas, o un tanque de guerra, o un misil tierra-aire, o un acorazado de bolsillo o hasta una bomba atómica si tiene con qué pagarla y si considera que su familia está amenazada.
Ahora, con tanta arma en poder de civiles, a cada rato ocurren masacres en escuelas, supermercados y plazas.
Casi con las lágrimas y los mocos de fuera, el presidente gringo Pepe Biden pidió al Congreso de su nación que se legisle para acotar la venta de armas, pero como allá ese es el mayor negocio y las compañías como la Barret Firearms Company, la Browing Arms Company, la Bushmaster Firearm International, la Colt’s Manufacturing Company o la DS Arms son tan poderosas, que incluso ponen y quitan senadores y representantes.
Los dueños de tales empresas forman parte de una de las organizaciones más poderosas del planeta: La Riffle Association.
Pero bueno, volviendo al tema de México, es un hecho que no solo hay un Ejército en Tierra, una Fuerza Aérea en el aire y una Armada en el mar, sino que hay muchas más organizaciones que sirven a los intereses de los grupos delictivos y a la seguridad de los grandes empresarios.
La labor de las fuerzas militares permanentes, de acuerdo al Artículo 217 de la Constitución es la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y el orden constitucional.
Suena bonito en teoría, pero en la práctica, es algo muy diferente.
Los dejo con el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: “Las legislaciones enmudecen en cuanto el armamento emite sonidos guturales”. (Las leyes callan cuando las armas hablan).