Por Pegaso
Reclamo la autoría de lo que puede ser un nuevo campo de la Neurociencia, la Sociología o la Psicología Social.
Un fenómeno de masas que ocurre cuando un gran número de personas en las redes sociales cree en cierto tipo de afirmaciones que a su vez están sustentadas en películas o en obras de ficción.
Lo llamaré: El Efecto Pegaso.
El Efecto Pegaso está cada vez más presente en las sociedades modernas que dependen mucho de las Tecnologías de la Informática y la Comunicación (TICs).
Las redes sociales son el caldo de cultivo idóneo para que una frase, una palabra o una imagen se haga viral.
Hace algunos años se popularizó la idea de que vivimos en una matrix. No es necesario hacer la aclaración de que ese pensamiento, que se ha vuelto casi una religión, proviene de la película del mismo nombre (The Matrix, por su título original en inglés. Estrenada en 1999. Director: Hermanos Wachowsky. Protagonistas: Keanu Reeves, Laurence Flishburne, Carrie-Anne Moss, Hugo Weaving y Marcus Chong).
Cualquier fenómeno inexplicable captado en video, como un helicóptero que parece volar sin mover las aspas o un avión sostenido en el vacío, o un perro que se queda congelado, es catalogado como una “falla en la matrix” (trate de textear en su buscador preferido: Google, Yahoo, Bing, Quant, Tor o cualquier otro la frase “falla en la mátrix” y le aparecerán miles de páginas “especializadas” en ese “fenómeno”.
Incluso hay científicos que aseguran tener pruebas de que vivimos en una simulación o en un programa de computadora. Lo que no explican es quién lo hizo y con qué propósito.
En la película, las máquinas adquieren conciencia y se rebelan contra el Ser Humano. Al paso de los años, las personas se convierten en reserva de energía que se cultivan en enormes granjas, mientras que la “Matrix” ha sido creada como una especie de escape de la cruel realidad.
Por eso mismo, cuando Morfeo entrega a Neo las dos cápsulas, una azul que le permitirá seguir en el mundo de fantasía y otra roja, que lo hará conocer el mundo real, éste toma la segunda y se convierte en “El Elegido” que termina por acabar con el dominio de las máquinas en una guerra que se prolonga por varias películas más.
Fue muy popular también el sonido de trompetas que mucha gente creía escuchar en diversas ciudades del mundo. Se veían videos de edificios, nubes o montañas con un profundo sonido de fondo. Los comentarios fueron que se trataba de una de las señales de la Segunda Venida de Cristo, las trompetas tocadas por ángeles que presagian El Fin de los Tiempos.
Pero no. El cuento acabó cuando algunas personas –y me incluyo- subieron a esas mismas redes sociales que dichos sonidos habían sido tomados de la película “La Guerra de los Mundos” (War of the Worlds, por su título original en inglés. Estrenada en 2005. Director: Steven Spielberg. Protagonistas: Tom Cruise, Dakota Fanning, Justin Chatwin, Miranda Otto y Rim Robbins), que era precisamente el sonido que hacían los trípodes cuando lanzaban sus mortíferos rayos desintegradores.
Hay muchos, muchos casos que pueden clasificarse de la misma manera. Los terraplanistas son personas que en pleno Siglo XXI siguen pensando que La Tierra es plana y hasta hacen experimentos y pruebas “científicas” para demostrar que eso es cierto.
Existe una variante que se llama “terrahuequismo”, en la que se cree que nuestro planeta es hueco y que tiene un mundo prehistórico en su interior, exactamente igual que en la película “Viaje al Centro de la Tierra” (Journey to the Center of the Earth, por su título original en inglés. Estrenada en 2008. Director: Eric Breving. Protagonistas: Brendan Fraser, Josh Hutcherson y Anita Brien).
Todas ellas son fantasías creadas y alimentadas por el cine de ficción, que mucha gente toma como ciertas.
Lo más nuevo, lo más nuevo, es el aniversario número 23 de la película “El Demonio” (Jeeper’s Creepers, por su título original en inglés. Estrenada en 2001. Director: Victor Salva. Protagonistas: Gina Philips, Justin Long, Jonathan Breck, Patricia Belcher y Brandon Smith).
“Cada 23 primaveras, durante 23 días, él despierta para darse un festín con partes del cuerpo de seres humanos”, es el argumento central de esta serie de películas que ha aterrorizado a los cineastas.
Tenga por seguro que no faltará alguien que saque en las redes algún ataque del Creeper, ya que en este 2024 se cumplen 23 años del estreno de la primera película.
Lo más insólito va a ser la gran cantidad de personas que se lo crean. Esa, mis queridos amigos lectores, es la esencia del “Efecto Pegaso”.
Más adelante analizaremos otro rollo que también está dando de qué hablar: La inminente caída de un meteorito en La Tierra y los preparativos que hacen los gobiernos muy al estilo de “Armaggedon” (Armaggedon, por su nombre en inglés. Estrenada en 1998. Director: Michael Bay. Protagonistas: Bruce Willis, Ben Affleck, Liv Tyler, Billy Bob Thornton, Will Patton, Michael Clarke Duncan, Owen Wilson, Peter Stormare y Steve Buscemi), o “Impacto Profundo” (Deep Impact, por su nombre original en inglés. Estrenada también en 1998. Director: Mimi Leder. Protagonistas: Robert Duvall, Téa Leoni, Elijah Wood, Morgan Freeman, Vanessa Redgrave y Maximilian Shcell)
Acuérdense que lo leyeron aquí primero. Lo presentaré como una tesis doctoral para que se publique en alguna revista de prestigio, como Nature, Science, National Geographic o Lancet.
Y los dejo con el refrán estilo Pegaso que dice: “ No existe mayor invidente que el individuo que se niega a percibir con los órganos visuales”. (No hay más ciego que aquel que no quiere ver).