Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-E.L.E.

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Por Pegaso


¿Qué locura nos inavade? Vamos directo al precipicio, como El Loco de la carta del Tarot (The Fool, en inglés).

Yo no creo en deidades, pero hay una conseja muy conocida entre los católicos que dice: “Cuando Dios quiere acabar con alguien, primero hace que enloquezca”.

Los grandes líderes de opinión ya lo están advirtiendo: Nos dirigimos directamente a la Tercera Guerra Mundial.

Elon Musk, Donald Trump, el propio Bladimir Putín y otros, dan por un hecho que en un período muy corto de tiempo tendremos un conflicto mundial de grandes proporciones y del cual pocos se salvarán.

Ya empezaron a usar las bombas hiperbáricas en Gaza, pronto se detonará la primera nuclear y ya no habrá marcha atrás. El mundo que conocemos dejará de existir y tendremos un desolado panorama pos apocalíptico.

Esta guerra, si ocurre, será un Evento Ligado a la Extinción (E.L.E.).

Como cuando la reportera Jenny Lerner, en la película Impacto Profundo (Deep Impact, por su nombre en inglés. Estrenada en 1998. Directora: Mimi Leder. Protagonistas: Robert Duvall, Téa Leoni, Elijah Wood, Morgan Freeman y Vanessa Redgrave) busca una explicación de la boca de un Secretario de Estado que se creía le era infiel a su esposa, pero que en realidad estaba haciendo preparativos para huir a un búnker porque un meteorito gigante venía directo a La Tierra, acaba por descubrir que dentro de poco tiempo habrá un E.L.E.

Del mismo modo, Elon Musk ya nos está advirtiendo de la debacle.

Las ambiciones de las potencias, principalmente Estados Unidos, nos llevan a un Apocalipsis nuclear.

¿Qué les cuesta, por ejemplo, jugarse en un bolado el estatus de primera potencia, o en un partido de futbol soccer, o en un tochito?

A mí me gustaría que fueran los líderes quienes se partieran la madre entre ellos en una pelea callejera y dejaran de enviar a millones de jóvenes para que mueran en la guerra, víctimas de las balas contrarias o las bombas arrojadas por modernos aviones.

O que se llegue a un acuerdo para que sean las fuerzas del mercado las que definan por oferta y demanda quién es el más chingón.

Según el Potenciómetro de Pegaso, hay regiones del mundo altamente desarrolladas que ya están en el año 2,100, como China, Japón, Corea del Sur y Taiwán. Otras, como Estados Unidos que van con el año, es decir, están en el 2023. Rusia, por otra parte, con un sistema económico que quiere dejar atrás el socialismo, pero que aún se resiste, vive en la década de los 90; Venezuela, Argentina y Brasil, con gobiernos también comunistoides, están en los 80s. Cuba permanece en los 60 y México es el único que va para atrás, como los cangrejos, porque de estar en el 2000, pasó a los 70, cuando el populismo de Luis Echeverría estaba en boga.

No sé lo que nos depare el destino a corto plazo. No soy pitoniso ni oraculero, pero en gringolandia y otras partes del mundo ya se están previniendo.

Locos como están, los güeros del otro lado han cavado profundos hoyos en los patios de sus casas o en sus sótanos, los recubrieron con plomo y llevaron toneladas de latas y agua embotellada, previendo que las bombas rusas lleguen a barrer con todo su territorio.

Pero en México nos vale wilson. Aquí seguimos con el desmadre, chupando nuestra rica caguama, tomando nuestro chesco con taquitos de harina o papas asadas con harto queso amarillo y mantequilla.

Total, si nos va a llevar la chingada, que sea felices. ¡Y ajúaaaaa!

Viene el refrán estilo Pegaso: “Posee mayor estimación que expresen: En este sitio se escabulló, que en este sitio pereció”. (Más vale que digan: Aquí corrió, que aquí murió).