Por Pegaso
No hay nadie en el mundo como los mexicanos para echar desmadre.
Se ha vivido en los mundiales de futbol anteriores y se vive en el actual.
Recordemos las sanciones que la Selección Nacional ha recibido porque la raza grita desde las gradas a los contrarios: “¡Ehhhhh, putooooooo!”
Al principio los extranjeros no sabían de qué se trataba, sino que hasta que la KGB rusa decidió investigar un poquito y se dio cuenta que era la madre de todas las ofensas para los varones.
Y aunque en Rusia su presidente es Putín, no aguantaron vara y aplicaron el castigo a México por tener hinchas tan léperos.
Pero en Qatar es diferente. Por mal comportamiento ya van varios detenidos. Lo que no sabe la raza de aquí es que por echarse un pedo en la vía pública te pueden meter en la cárcel de por vida.
El Mundial que se juega en el emirato árabe no es para mujeres, definitivamente, y bien harían las féminas de buen ver y mejor tocar, en abstenerse de ir a disfrutar los juegos de la selección.
Allá hay una ley donde la mujer que es violada, es culpable.
El hombre que viola es la víctima, porque la perversa dama provocó los dulces y tiernos instintos del adorable macho.
Eso fue precisamente lo que le pasó a Paola Schietekat. La mexicana consiguió una chamba en Qatar, en 2021, pero el 6 de junio su sueño se acabó porque un individuo se metió a su departamento cuando dormía y la agredió sexualmente.
La chamacona puso la denuncia, pero como allá la ley protege al violador, se le declaró culpable, y más aún porque el agresor es casado.
Pero los mexicanos a lo que van es a echar relajo. Durante el partido México contra Polonia, a cuatro de ellos se les sorprendió tomándose unas chelas en pleno estadio.
Lo que se ve como algo muy natural en nuestro país, allá es un delito que se castiga con cárcel.
Yo no escuché la famosa frase misógina de la porra mexicana durante ese partido, tal vez porque ya han escarmentado.
Lo que sí le recomiendo a los que ahorraron su lanita para viajar al Mundial es que tengan mucho cuidado, porque allá las leyes están bien canijas.
Veamos:
Se castigan con latigazos el adulterio, negar la religión musulmana, el consumo del alcohol, la difamación y el robo.
La homosexualidad es castigada con la pena de muerte, así que, jotitos y demás miembros de la comunidad LGBT+, absténganse de ir a Qatar.
El adulterio es castigado con lapidación.
Si en estos momentos lees esta columna, te gusta el chupe y andas en Doha echando desmadre, mejor piénsalo dos veces. Lo mínimo que te llevarás serán unos latigazos en el lomo con un alambre de púas.
Que tampoco te agarren echando una firma o guacareando en la vía pública, no hagas señas obscenas ni le mientes la mamá a alguien, porque, como dice el refrán estilo Pegaso: “Tendrás la oportunidad de comprender la denominación de la deidad en territorio de aborígenes”. (Vas a conocer a Dios en tierra de indios).