Por Pegaso
¿Qué es una dama de compañía? Las definiciones más comunes son: “Mujer que ofrece servicios sexuales a altos jerarcas u hombres de elevado estatus social”; “prostituta, chica de compañía, meretriz”.
Pero también hay otro significado: “Una dama de compañía era la asistente personal de una reina, princesa o alguna otra dama de la familia real. Con frecuencia se trataba de mujeres de noble nacimiento pero de un rango inferior al de la persona a la que asistían. No se le consideraba una doméstica y su estatus fue variando según la época y país”.
¿A cuál de esos significados se refería Chente Fox, cuando llamó “dama de compañía” a Mariada Rodríguez, esposa del aspirante a candidato Mamuel García y conocida influencer mexicana?
Lo cierto es que todos, todas y todes lo tomaron como una frase misógina y un ataque directo a la condición femenina, precisamente al celebrarse el Día Internacional de la Lucha por la no Violencia contra la Mujer.
Por su parte, Chóchitl Cálvez, la aspirante de la opositora Alianza por Méxicalpan de las Tunas reaccionó defendiendo a Mariada al señalar: “Si nos atacan a una, nos atacan a todas”.
A eso, Fox tuiteó desconcertado: “¿Cómo, cuándo, dónde?”
“¿Pos qué hice?”-debió pensar el botarate, sin imaginar la dimensión de sus palabras, aunque tal vez quiso decir que la influencer era una dama de compañía en el buen sentido de la palabra, o sea, que es una persona que acompaña a alguien importante, no precisamente que sea una prostituta.
Chente Fox, durante su mandato-2000-2006- dio muestras frecuentes de estar medio pendejón y algo “ido de la mente”, como decía Cornelio Reyna. Lo manipulaba Martita Changún a su gusto y conveniencia.
El desliz foxiano termina por sepultar las aspiraciones de la oposición de recuperar la Presidencia de la República y es oro molido para #YaSabenQuien.
Apenas el sábado comentaba con una conocida dirigente política que #YSQ tiene una suerte endemoniada porque a final de cuentas, todo le sale bien.
No sé a qué santo se encomienda, si los chiquiadores de romero que le hacen los brujos de Catemaco o las estampitas de San Judas Tadeo lo protegen, pero nada parece afectar al inquilino de Palacio Nacional.
Puede cagarla de mil maneras, tomarse fotos con narcos, dilapidar dinero a lo güey en proyectos faraónicos, permitir que su familia se enriquezca bestialmente, mandar al diablo a los afectados de Acapulco por el huracán Otis, desaparecer a las instituciones y aún así, su popularidad no se ve mermada en un ápice.
No conozco a otra persona que goce de tal poder sobre tantas y tantas personas.
Después del episodio que en la Historia de México se conocerá como “La Dama de Compañía”, ALMO se está frotando las manos porque el camino de su candidata de siempre, Claudia Chiquitibum, queda limpio de escombros.
Sabedores de que Mamuel García es solo un esquirol, un monigote al servicio del poder, una pieza más del ajedrez político del Pejidente, a partir del próximo año seguramente tendremos sentada a una mujer en la silla presidencial que alguna vez ocuparon ilustres personajes, como Juárez y Madero.
Los dejo con el refrán estilo Pegaso, Inspirado en la frase aquella que le dijo Chenfe Fox a Fidel Castro, siendo aún Presidente: “Engullid y marchaos”. (Comes y te vas).