Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Corte

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Por Pegaso


(Sonido de campanas)

¡Audiencia pública! ¡El tremendo juez de la Tremenda Corte va a resolver un tremendo casooooo!

-Juez: Buenas, noches, Secretario.

-Secretario: Buenas noches, Señor Juez. ¿Cómo se siente hoy?

-Juez: Regular, nada más. El calor que se está sintiendo estos días me hace mucho daño para el hígado.

-Secretario: ¿Verdad que sí? Es un calor tremendo. Dígame, no se podría hacer algo para que en Ciudad Victoria no hiciera tanto calor durante el verano?

-Juez: ¿Qué cosa se va a hacer? Le va a poner usted aire acondicionado a todas las calles?

-Secretario: No, Señor Juez. Pero vamos, si hiciéramos una colecta entre los ciudadanos, ¿no se le podría poner una carpa a toda la Capital del Estado?

-Juez: Bueno, quizá sí. Pero si le ponemos una carpa a todo Ciudad Victoria, ¿por dónde se va a ir el humo de los coches?

-Secretario: Tiene usted razón. No me había fijado en eso.

-Juez: Pues póngase una carpa de multa para que a la otra vez se fije. Y a ver, ¿qué caso tenemos hoy?

-Secretario: Bueno, un ciudadano que se considera acosado y perseguido político. Fue candidato a gobernador en la elección que acaba de pasar.

-Juez: Que pasen los complicados en ese candidaticidio.

-Secretario: Enseguida, Señor Juez. ¡Luz Magaly Deandarninaaaa!

-Deandarnina: ¡Aquí, como todos los días!

-Secretario: ¡Americindio Villarreiro y Anayiñaaaaa!

-Americindio: ¡Presenteeee!

-Secretario: ¡Francisco Garcilario Tresvaquineeees!

-Custodio: ¡A la rejaaaaa!

-Juez: Bueno, bueno. ¿Con que otra vez haciendo chanchullo y persiguiendo a sus oponentes políticos, Tresvaquines?

-Tresvaquines: ¡Ey! ¿Quién te lo dijo?

-Juez: Nadie, pero leí las noticias.

-Tresvaquines: ¿No me digas que te crees todas esas mentiras que dicen los periódicos?

-Juez: No es que me crea o no, sino que hay suficientes evidencias para meterlo a la cárcel sin derecho a fianza.

-Tresvaquines: Pero podrían estar equivocadas esas evidencias.

-Juez: No lo creo. Esta corte muy pocas veces se equivoca.

-Tresvaquines: Pero podrías hacerme el favor de equivocarte hoy, chico, no me conviene que me quiten el fuero y me manden a la cárcel.

-Juez: ¿Y por qué no le conviene que lo mande a la cárcel, Tresvaquines?

-Tresvaquines: Porque quiero participar como candidato a la presidencia de la República en el 2024, chico, por eso.

-Juez: Vamos a ver, ¿pero usted piensa ser candidato luego de amenazar y aterrorizar al pobre de Americindio. ¿No le da vergüenza?

-Tresvaquines: Pues sí, Juez. Sí me da vergüenza, pero me la aguanto.

-Juez: ¡Y aparte de tramposo cínico! Secretario, póngale cincuenta mil pesos de multa a Trevaquines.

-Tresvaquines: Pero oye, chico, yo solo quería hacerle el favor a este señor, porque ser gobernador de Tamaulipas es muy pesado.

-Juez: Y usted quería que Americindio no ganara la elección para evitarle ese sufrimiento, ¿no es así?

-Tresvaquines: Efectivamente, pero de todos modos ganó la elección.

-Americindio: Pues mire usted, ilustre magistrado. Tresvaquines le echó encima todo el aparato de justicia del Estado a mi hijo y a muchos de mis colaboradores, pero aún así, la mayoría de los ciudadanos salieron a votar por un servidor. Luego, en plena jornada electoral se puso a comprar votos en todo el Estado y a amenazar a la gente con quitarles las despensas si votaban por mí.

-Juez: ¿Qué responde a eso?

-Tresvaquines: ¡Que es una calumnia! Al contrario, yo quería salvar a Tamaulipas porque Americindio recibió dinero del “Rey del Huachicol”.

-Juez: Pero además, aquí está esta dama que lo acusa de enviar a la policía a acosarla, ¿no es así, Deandarnina?

-Deandarnina: Claro que sí, Señor Juez. Yo venía en mi camioneta con otra diputada cuando me marcaron el alto unos policías. Aquí tengo la evidencia en mi teléfono celular y hasta lo subí a las redes sociales.

-Juez: ¡Escriba ahí, Secretario!

-Secretario: ¡Venga la sentencia!

-Juez: Aunque usted ponga esa cara de inocencia y de honradez no hay duda de que esta vez la persecución se ve muy clara. Y como eso se ha probado, lo condeno por bribón y por fullero a tragarse la derrota y a quedarse sin el fuero.

(Sonido de campanas).