Por Pegaso
Muy señores míos y muy señoras de ustedes, para que no haya malos entendidos:
¡Pueblo de México! Me dirijo hoy a ustedes, al no poder dirigirse ustedes a mí, para comentarles lo que pienso del pasado proceso eleitoral desde el punto de vista de la clase trabajadora, de la clase que se soba el lomo todos los días, hasta el de descanso, porque aluego tienen que talonearle para hacer la carnita asada con el compadre.
Pues han de saber que en esa elección participaron dos changuitas así, bien arregladitas. Una delgadita y otra gordita. Una con su colita de caballo bien arregladita y otra con su huipil de Oaxaca que pa qué les cuento.
Ya estando en campaña se dieron hasta con la cubeta, oiga asté. No faltaron acusaciones de la una a la otra y de la otra a la una.
Total, ganó Claudia y perdió Xóchil. Aluego, el Presidente salió para felicitar a la ganadora y la recibió en Palacio Nacional, donde cenaron unos taquitos de chilpitín que pa qué les cuento.
Y ustedes se dirán, ¿por qué este jovenazo tan elegante, tan galán y apuesto hace este comentario?
Pos porque ustedes no están para saberlo y menos yo para decírselos, pero bueno, ya se los dije, la changuita que ganó será la primera Presidenta de México.
¡Y ahora sí, agárrense los machos calados!
Ya me imagino yo la comadre Chona con el compadre Remigio. El canijo se va todas las noches a la cantina a empinar el codo y llega de madrugada, mientras la comadrita se entretiene con el vecino.
Lo mal es que el encajoso del Remigio todavía le da sus arrastradas a Chonita y eso no se vale.
Pero ahora, con una mujer de Presidenta, ahí cambia la cosa. Ahora serán las féminas femeninas las que lleven los pantalones bien puestos.
La otra vez yo le decía a mi compadre: “Trata bien a la comadre, compadrito. ¿Qué te cuesta?” Pero el canijo no me hacía caso porque ya llevaba tres botellas de curado de pulque, el canijo.
Y así, frente a todos ustedes, acomodándome esta gabardina tan fina que ven aquí, yo les digo: Pórtense bien, que nada les cuesta, porque aluego ahí andan diciendo que, que, que la policía los agarra de puerquitos, que después no tienen para pagar la multa y sus viejas tienen que romper el cochinito para sacarlos de la cárcel.
¡No hay que ser! Seamos mejores mexicanos que nada nos cuesta.
¡Y a s’s órdenes, jefe!