Por Pegaso
El Bullying vuelve a ser tema nacional.
Tras la muerte de la joven Norma Lizbeth, a manos de una compañerita de secundaria de nombre Azahara, la indignación nacional no se hizo esperar y miles, millones de personas en México ya están pidiendo que se ponga alto al bullying en las escuelas.
Pero no nos hagamos tarugos, como dijo “La Chimoltrufia”: Van a pasar los días y esto se va a olvidar, como ya se olvidó el caso de Debanhi Escobar, asesinada en Monterrey por una banda de tratantes de blancas o más recientemente, el caso de un comerciante golpeado por delincuentes al no querer pagar el “piso”, tal como se ve en el video que se hizo viral.
Así semos los mexicanos. Vemos algo que nos indigna, protestamos, pero nada hacemos y todo sigue igual.
Yo digo que en unos cuantos días o semanas, el ataque mortal que sufrió Norma Lizbeth quedará en el olvido. Sí. Se detuvo a la causante del deceso, pero solamente estará uno o dos años en una correccional, por ser menor de edad y después será puesta en libertad.
Quiero que hagamos un breve análisis de lo que ocurrió y qué le espera a Azahara, la futura delincuente.
Desde más pequeña, Norma Lizeth sufría de bullying o acoso escolar, por su piel morena y por su introversión.
Azahara, su compañerita de clases, tal vez traía un trauma infantil que le hacía ser intolerante a ese tipo de personas. Buscó la oportunidad para demostrarle su aversión. Ocurrió el encuentro. La tomó del cabello, la tumbó en el suelo y agarró una piedra, con la cual empezó a golpearla en la nuca. La agresiva joven, se sentía animada por otros compañeritos que le decían: “¡Patéala!¡Túmbala!¡Pégale!”, y seguía castigando a la inerme joven, que ni siquiera metía las manos.
Pero lo peor, lo peor, es que en lugar de parar el pleito, muchos de los testigos, también jovencitos de entre 14 y 15 años de edad, estaban filmando la escena para subirla a sus redes sociales y ganar muchos “likes”.
Ha llegado el momento en la historia de la Humanidad que es más valioso lograr un “like” que salvar una vida.
Luego de dos semanas del suceso, cuando la directora minimizó el hecho al decir que solo se trató de una pelea entre estudiantes, algo que se ha hecho muy común en todas las escuelas del país, Norma Lizeth empezó a sentirse mal, fue llevada a un hospital pero no llegó con vida.
La autopsia reflejó que la muerte de la joven se debió a un traumatismo creaneoencefálico originado por los continuos golpes que Azahara le dio con una piedra en la nuca.
Azahara pasará unos añitos en una correccional, pero al salir, iniciará con su carrera delictiva, ya como adulta. Su futuro es muy borrascoso. No se ve la posibilidad de que vuelva a ser una persona normal, porque siempre estará en su pasado ese antecedente.
Creo que la única salida que tendría, si es que de verdad tiene conciencia, es arrepentirse de sus actos, convertirse a alguna fe, meterse de monja y pasar el resto de su vida sirviendo a los demás.
O la alternativa: Meterse a una banda criminal donde pueda liberar sus instintos criminales.
Amiguita, amiguito: A su edad la sangre hierve por la gran cantidad de hormonas que surgen por cada estímulo que reciben.
El consejo que deseo darles es que no se pongan en situaciones tales que puedan perder el control de sí mismos.
Hagan un examen de conciencia, si es que están haciendo bullying a alguien y díganse a sí mismos: “¿Me pasará lo que a Azahara si sigo por este camino?”
Quienes consideran que el bullying es divertido, están en grave peligro. Empiezan por hacerle “calzón chino” al compañerito débil o introvertido, luego le escupen a su bebida; más adelante pueden hallárselo en la calle, después de la salida de la escuela o en el recreo, y agredirlo física o verbalmente. Todo eso se les hará fácil y divertido, pero con el paso de los días, querrán agredir más, y más, y más, hasta que pierden el control de sus actos y pueden incluso cometer una atrocidad, como la de Azahara.
Con el paso de los años, ya en la vida adulta, el bully se convierte en criminal y la víctima arrastra muchos traumas que lo llevan a tener una vida infeliz.
En los Estados Unidos, la válvula de escape de los jovencitos que son víctimas de bullying es agarrar la escopeta de su papá e irse a la escuela o a un sitio público para hacer una masacre.
En México no. Aquí, se meten de políticos desde muy jóvenes, buscan la Presidencia de la República y después que la alcanzan ya de viejos, descargan todos sus traumas desde el Gobierno.
Vámonos con el refrán estilo Pegaso: “Abstente de indagar si el felino posee tres extremidades, en el entendimiento que posee cuatro”. (No le busques tres pies al gato, sabiendo que tiene cuatro).