Por Pegaso
El boxea, durante muchos años, fue un deporte exclusivo de los varones.
Con la liberación femenina en la década de los 60’s las mujeres incursionaron en actividades propias del sexo opuesto, como la milicia, la construcción y el deporte.
El boxeo fue uno de los últimos deportes en contar con una rama femenil. No era tan bien visto que dos bellas y frágiles mujercitas se metieran a un ring para agarranse a madrazos, dejarse la nariz chata y las orejas de coliflor.
Hasta ahí, todo estaba bien. Peleaban mujeres contra mujeres, de un mismo peso y similar condición física.
Pero luego vinieron las chicas hombrunas, las que tienen apariencia de varón y arrasaron con las delicadas varitas de nardo que eran la mayoría de las damas.
Por consiguiente, el boxeo femenil empezó a ser dominado por tipas musculosas, llenas de testosterona y cara de pocos amigos.
Tal vez por eso mismo, por soberbia o porque algunas pensaron que eran demasiado buenas para estar en la división femenil, creyeron que podrían inscribirse en los torneos varoniles y boxear contra hombres biológicos.
El resultado ha sido desastroso para ellas.
Recientemente, en Indio, California, se llevó a cabo un encuentro entre una mujer trans -es decir, que se operó el busto y se injertó un pedazo de tripa para ser hombre- y un varón biológico.
No fue un duelo avalado por la CMB o alguna otra organización, sino que fue una pelea amateur.
En una esquina estaba Joshua Reyes, un boxeador que es machito calado y en la otra esquina, Patricia Manuel, quien al cambiarse de sexo pasó a llamarse Patricio Manuel.
En el boxeo femenil llevaba un récord perfecto de tres victorias y una derrota.
Con ese palmarés de invicta, empezaron los catorrazos.
A los 21 segundos del primer round, Joshua impactó en repetidas veces al rostro y cuerpo de Patricia Manuel, llevándola a la lona y terminando el encuentro.
Cuando un reportero le preguntó sobre el resultado de la pelea, dijo, aún sobándose por la madriza que le pusieron: “Nunca he sido de esconderme pese al resultado. Perdí anoche, entrené con todo, tuve maravillosos sparrings, pero hay veces en que las cosas no salen como quieres. Lo más importante es que estoy bien, pero me siento profundamente decepcionado y mi ego lastimado”.
No crean que es la única pelea entre un hombre y una mujer. Se están haciendo muy frecuentes y el resultado, está por demás decirlo, ha sido siempre el mismo: Las mujeres son masacradas por los hombres.
Si yo me encontrara en este momento a Patricia Manuel, le diría lo siguiente:
Mira, Patricia Manuel, aunque tengas un aspecto hombruno y estés más fea que Danny Trejo, la condición de la mujer nunca va a ser la misma que la del hombre.
El hombre es físicamente más fuerte por tener mayor masa muscular. Eso está plenamente demostrado y no es cuestión de machismo o misoginia.
Somos complementarios uno con el otro y el resultado de esa complementariedad se traduce en la reproducción de los individuos.
Escúchame, Patricia Manuel: Lo que te aconsejo es lo siguiente. Propón al Consejo Mundial de Boxeo o cualquier otra organización que se haga una división exclusiva de transexuales, que no son tan delicados como las dulces mujercitas ni tan rudas como los varones de pelo en pecho.
Y hasta se podría hacer varias subdivisiones, donde solo peleen hombres trans, es decir, hombres que se hicieron la operación jarocha para ser mujeres, individuos trans especie, trans edad y trans lo que sea.
Y el refrán estilo Pegaso dice así: “Introdúcete con uno de tu dimensión”. (Métete con uno de tu tamaño).