Por Pegaso
Hay quienes no entendieron el mensaje que dio la candidata de la alianza “Tuerza y Vapor por Méxicalpan de las Tunas”, Chóchil Cálvez, cuando presentó un cartelón con el águila del Escudo Nacional al revés voltiada.
Lo que Chóchil quiso decir (parodiando a aquel loquito que tenía Chente Fox de asesor), es que el país está de cabeza y que todo aquel que piense lo mismo, debería utilizarlo como señal de protesta.
Pero también hay quienes no entendieron el mensaje que quiso dar la candidata de la alianza “Sigamos Haciendo Histeria”, Claudia Chiquitibum, al colocar la mano derecha a la altura de la cara con el cordial más levantado que el resto de los dedos.
Todo es cuestión de interpretar.
Por ejemplo, apenas unas horas después del debate de candidatos, una televisora consultó a una experta en lenguaje corporal y comunicación, la cual reveló algunos detalles importantes.
Bárbara Tijerina, como se llama la especialista, sostiene que los gestos y posturas de los candidatos revelan mucho sobre su estado emocional y su estrategia comunicativa.
De esa forma, Chóchil Cálvez se vio incómoda, con un cambio de estilo que se alejó de sus típicos huipiles que la hicieron ver fuera de lugar.
Según dijo, el maquillaje de Chóchil estaba muy sobrecargado, no así Claudia Chiquitibum, quien optó por un enfoque más ligero.
En cuanto a los gestos, Chóchil tendió a mover ambas manos de manera equilibrada y mantuvo el contacto visual con la cámara, mientras que Claudia pareció más estudiada y a menudo se protegía con su mano izquierda.
El hecho que Chóchil leyera su mensaje final le restó autenticidad y afectó la conexión emocional con la audiencia. Claudia fue más clara en sus propuestas aprendidas, estudiadas e impostadas. Fue más serena, rígida y soberbia.
¿Y qué dijo la experta sobre el candidato de Movimiento Ciudadano Jorge Mañez? Fue una figura decorativa a lo largo del debate. O como decía el maestro Víctor Zavala Rangel, “es como la caca del perico, ni huele ni hiede”.
Esto me hace tener una conclusión que ya había adelantado semanas atrás: Chóchil está sola.
Fue ese precisamente el encabezado: “Chóchil, la solitaria”.
Y analizaba en el artículo que la candidata de la alianza “Tuerza y Vapor por Mexicalpan de las Tunas” no solo está luchando contra los poderes fácticos de un sistema, contra la candidata del sistema, contra el Presidente de la República, que es el que maneja el sistema, contra el candidato de Movimiento Ciudadano, contra el Gobernador de Nuevo León, contra el PRI, contra el PAN, contra los grandes capitales que no quieren poner un peso para su campaña, contra el tiempo, porque se le agota y no sube en las encuestas, y contra ella misma, porque cada rato la cajetea.
Teniendo tantos factores en contra, a mí me causa admiración ver en las encuestas cómo ha logrado acercarse incluso a 25 puntos porcentuales, cuando debería estar por debajo de Jorge Mañez.
No dudo ni tantito que Claudia Chiquitibum ganará por goleada el próximo 2 de junio.
Esto permitirá que el Gobierno de México siga adelante, construyendo el segundo piso de la Cuarta Transtormación y de un nuevo modelo conocido ahora como Humanismo Mexicano.
Que no es otra cosa que un socialismo light, que podría convertirse de la noche a la mañana en un socialismo al estilo de Cuba o Venezuela.
Aunque el modelo que debemos seguir es el de China, donde conviven el socialismo de Mao y el capitalismo salvaje del neoliberalismo, lo que ha generado que en ese país ya casi no haya pobreza.
Dentro de 52 días, la candidata de la alianza “Sigamos Haciendo Histeria”, Claudia Chiquitibum será la primera mujer presidenta de Mexicalpan de las Tunas. Será una especie de “Dama de Hierro”, muy similar a lo que fue la ex primera ministra de Inglaterra, Margaret Tacher, porque si al cabecita de algodón todo se le resbala, está plenamente comprobado que las mujeres son más temperamentales, sobre todo cuando están en la cúspide del poder.
Viene el refrán estilo Pegaso: “Al sitio a donde te dirijas, practica lo que percibas visualmente”. (Al lugar donde fueres, haz lo que vieres).