Por Pegaso
Por este medio, en exclusiva y con alcance mundial, yo propongo a los mexicanos el Proyecto de la Quinta Transformación.
Ya sabemos, porque a lo largo de más de diez años nos lo han repetido de día y de noche hasta el cansancio, que el actual Gobierno impulsa algo que se llama “La Cuarta Transformación”, y su razonamiento es el siguiente:
-Después de la Conquista, vino la Independencia. Primera Transformación. Próceres: Hidalgo, Morelos y Guerrero.
-Después del Porfiriato, vino la Revolución. Segunda Transformación. Próceres; Madero, Villa y Zapata.
-Después de la Intervención Francesa, vino la Reforma. Tercera Transformación. Próceres: Juárez, Ocampo y Lerdo de Tejada.
-Después del Priato, vino la Cuarta Transformación. Próceres: Andrés, Manuel, López y Obrador.
Las tres primeras transformaciones acabaron de tajo con el sistema político anterior, ya sea por anacrónico o por los errores cometidos por la clase conservadora, entendiéndose como “clase conservadora” a aquel grupo de individuos que, estando en el poder, pretenden perpetuarlo y enfrentan la disyuntiva de un cambio político.
Las tres primeras transformaciones fueron violentas, no así la 4T, que vino a ser una revolución de a mentiritas porque a final de cuentas, siendo su propósito acabar con el viejo sistema que duró más de 80 años en el poder, terminó pareciéndose tanto al PRI que ahora hay más priístas en las filas de MORENA que los que aún permanecen en el Revolucionario Institucional.
La Quinta Transformación (5T, para sintetizar), tiene el propósito de acabar con los conservadores, o sea, con los que quieren que las cosas sigan como están.
Desde el Gobierno, el conservador Andrés Manuel López Obrador pretende la continuidad. La continuidad de un sistema que apenas en cinco años ha demostrado que no sirve para México.
Yo pregunto a los que aún defienden esa causa, a pesar de todas las evidencias en contra: ¿Dejarían atrás las carnitas asadas, los zapatos Nike, los pantalones Levi’s 501 o Calvin Klein, la macaleada, las chelas, el cable, el celular Samsung Galaxi o I Phone y todo lo demás a que estamos tan acostumbrado, a fin de mantener una pobreza franciscana, como lo aconseja el aún Presidente López Obrador?
¿Para qué tener cinco, seis o más pares de zapatos, si con uno tienen? ¿Para qué mantener un guardarropa de veinte pantalones, 10 camisas, 10 choninos y 20 pares de calcetines, si podemos vivir sin todas esas cosas que corrompen nuestro espíritu aspiracionista?
Pero el prócer no sigue sus propios consejos. Desde el principio de su mandato se le hizo poco vivir en una residencia y se cambió a un palacio. ¡Nomás nos faltaba que se le hiciera poco un palacio y quisiera haber vivido en un castillo, como el de Chapultepec!
La Quinta Transformación, pues, vendrá a romper con ese molde de mentiras tejido desde una narrativa que llegó a la gente, que prometió un cambio verdadero pero que vino a ser más de lo mismo.
Ahora bien, ¿quién vendrá a ser el Prócer o Prócera, el Paladín o Paladina de la 5T? NI idea. Xóchitl Gálvez hará campaña con dos lastres pesadísimos: El Presidente del PRI, Alito Moreno y el del PAN, Marko Cortés, amén de los personajillos regionales como los Cabeza de Vaca que más que sumar, van a restar.
La Quinta Transformación podría venir desde las bases de esos partidos, y ocurriría en Tres Etapas: La primera, que surja un movimiento emancipador y corran a patadas a los dos gandules para que no sigan estorbando.
La segunda: Que PRI y PAN nombren como dirigentes a personajes de prestigio y arrastre popular.
La tercera: Que se haga una campaña inteligente para convencer a las clases medias y a los jóvenes de que es mejor defender lo poquito que tenemos, antes de que nos lo quiten irremediablemente.
Solo cinco años han bastado para darnos cuenta que México necesita una Quinta Transformación.
Viene el refrán estilo Pegaso: “Nos manteníamos con mayores ventajas en momentos en que nos manteníamos con menores ventajas”. (Estábamos mejor cuando estábamos peor).