Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. Luego de un largo recorrido desde su país de origen hasta la frontera norte de México, decenas de haitianos buscan entrar a la lista de espera para iniciar el trámite de solicitud de asilo político en los Estados Unidos.
En los últimos tres días, el grupo de migrantes caribeños recorrieron el largo tramo de la carretera de San Fernando a Reynosa, a pie, cargando niños y avituallamiento.
A pesar de la presencia de corporaciones mexicanas como la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración, lograron pasar el retén ubicado en la intersección carretera conocida como la “Y”.
Ayer por la noche, un segundo retén a la altura de la ex garita aduanal del kilómetro 26 logró dispersarlos. A un grupo importante los regresaron a bordo de autobuses, pero otros pudieron burlar la vigilancia y prosiguieron su camino rumbo a Reynosa.
En esta ciudad se dividieron en tres partes: Unos se dirigieron a la Central de Autobuses y compraron boletos para Ciudad Acuña, Coahuila, donde esperan reunirse con un contingente mucho mayor que mantiene un mega campamento bajo el puente internacional.
Un segundo grupo se sumó a los centroamericanos que están en la Plaza de la República, y otros andan dispersos por la ciudad, solicitando la ayuda de la población y de los automovilistas.
De esa manera, aproximadamente veinte haitianos, entre ellos una mujer embarazada y tres niños pequeños, arribaron esta mañana al albergue Senda de Vida, situado a orillas del río Bravo, con el fin de solicitar su ingreso a ese lugar.
Debido a que en ese momento el pastor Héctor Silva se hallaba oficiando misa en el interior, y a que hay instrucciones de ya no aceptar más personas por estar saturado, no se les permitió momentáneamente el acceso.
Se ubicaron bajo un huizache, a unos treinta metros del portón principal, acompañados por una unidad de la Guardia Nacional.
DEBEN PORTARSE BIEN
Poco después del mediodía, el Director de Senda de Vida, Héctor Silva, salió a atender al grupo de haitianos.
Se dirigió a uno de los que hablan español-ya que su lengua oficial es el francés-, para hacerse entender del grupo.
Explicó que existe un sistema mediante el cual se atiende a los migrantes que solicitan el apoyo del albergue.
Actualmente hay alrededor de 1,600 de varias nacionalidades, incluyendo de Rusia, de Colombia, de Centroamérica y de África.
Conforme migración de los Estados Unidos los va solicitando, los lugares vacantes son ocupados por personas que se encuentran en la Plaza de la República, en una especie de carrusel.
El pastor explicó al grupo de haitianos que por el momento no es posible darles cobijo en Senda de Vida, ya que podría haber un conflicto con los que están en espera en la plaza.
Si se enteran, que de hecho ya lo hicieron, puede haber protestas, así que lo que hizo fue dar entrada a los más vulnerables, mujeres embarazadas y niños, para proporcionarles alimento y atención médica.
Posteriormente serán llevados en el autobús hasta la Plaza de la República donde los migrantes centroamericanos esperan desde hace casi siete meses.
Insistió en que, mientras estén aquí, no deben dedicarse a la prostitución ni a tomar alcohol o hacer escándalos públicos, muchos menos intentar ir al puente internacional a exigir que se les atienda, porque se trata de un proceso ya establecido.
Mencionó que en un plazo que aún no se determina, el Gobierno del vecino país volverá a llamar a los aspirantes a obtener el asilo político, pero estos deben estar en la lista de espera.
Por lo pronto, este grupo de haitianos atendió las instrucciones del Director de Senda de Vida, en el entendido de que si se dispersan por la ciudad podrían ser detenidos por agentes del Instituto Nacional de Migración y enviados a un centro d deportación.