Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

A duras penas se ganan la vida

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Por Jerry Zu


Reynosa, Tamaulipas. Aprender a hacer malabares no es lo más difícil para María (nombre ficticio).

Lo difícil es obtener el dinero mínimo necesario para mantenerse ella y a sus niños pequeños.

No se sabe si tiene pareja, pero diariamente se para en medio del tráfico, en el bulevar Hidalgo, para lanzar tres pelotas al aire y esperar que algún automovilista caritativo le regale una moneda.

Mucho se ha dicho que las personas que realizan diferentes actividades en la vía pública obtienen en promedio más de lo que gana un trabajador de maquila.

Jóvenes y adultos en situación de calle que limpian parabrisas o que hacen actos circenses, pueden ganar varios cientos de pesos al día. Algunos los utilizan para llevar alimento a sus casas, otros para comprar alcohol o drogas. La calle es su medio de sustento.

María tiene que alimentar a sus dos hijos, uno de aproximadamente tres o cuatro años y otro aún de brazos. Al más pequeño lo trae envuelto en un raído rebozo y el otro le ayuda a pedir la ayuda del “público”, sorteando peligrosamente los automóviles.

La mujer, de unos 30 o 35 años de edad, se planta en la avenida, saca las tres pelotas y empieza con las evoluciones. Se nota que ha adquirido habilidad para lanzarlas al aire y tomarlas sin que ninguna se le caiga.

Viste un vestido oscuro, muy sucio, con una especie de mandil, un sombrero color rosa que le cubre la cabeza y el chilpayate colgado en la espalda.

El semáforo tarda tres minutos en cambiar a verde. En ese lapso de tiempo ejecuta su número y le da tiempo para ir de carro en carro, esperando la propina del “respetable”.

En esos tres minutos recibió una moneda. No se alcanza a ver de qué denominación, pero puede ser de un peso, dos o quizá cinco.

Si hace lo mismo durante una hora, tendría 20 oportunidades y obtendría 20, 40 0 hasta 100 pesos por hora, dependiendo de la moneda que reciba en cada ocasión.

El promedio es 80 pesos por hora.

Si su jornada de trabajo inicia a las 8:00 de la mañana, con descansos esporádicos para alimentarse ella y sus hijos con la comida más barata que encuentra, y termina a las 8:00 de la noche, su actividad rondaría en las 10 horas diarias. Es decir, obtendría 200 pesos si solo recibiera un peso, 400 si recibiera solo monedas de 2 pesos y hasta mil pesos, si recibiera siempre monedas de cinco. Y si se promedia, se puede calcular que su ingreso sería de 800 pesos diarios.

Habría que tomar en cuenta que no siempre recibe monedas de una sola denominación, sino que a veces es de un peso o a veces de más, incluso hay quienes pueden dar hasta 50 centavos, o hay almas caritativas que se desprenden, ocasionalmente, de algún billete.

Mujeres, niños y ancianos se exponen a sufrir algún accidente. Muchos no tienen otra opción que salir a la calle y ganarse la vida a como dé lugar.

Como María y sus dos pequeños hijos.