Acapulco: La catástrofe
EDITORIAL
Bastó poco más de una hora para que el antes altivo y señorial puerto de Acapulco quedara reducido a escombros.
El super huracán Otis, de categoría 5, desató tanta energía como varias bombas isobáricas de las que se arrojan en Gaza y Cisjordania.
Veintisiete muertos, cuatro desaparecidos, devastación total, rapiña, turistas varados y desesperados, sin comunicaciones, sin energía eléctrica, sin agua potable... Son las crónicas de los medios nacionales e internacionales desde el día de ayer.
Lo más lamentable: A pesar de que se sabía de la fuerza de este meteoro, con vientos de casi 300 kilómetros por hora, no hubo advertencia por parte de las autoridades federales y estatales, mucho menos un intento de evacuación.
Un huracán, sobre todo de categoría superior, 4 ...