EDITORIAL
Xóchitl Gálvez es la candidata más solitaria que ha habido en toda la vida democrática del país.
Tiene en contra:
1.- Al Presidente de la República, quien es la persona más poderosa e informada de México. Todo el aparato de su gobierno está dirigido a desvirtuar a la candidata de la alianza opositora.
2.- A la candidata oficial, que replica cada ataque presidencial.
3.- Al Gobernador de Nuevo León y al partido palero Movimiento Ciudadano.
4.- A los líderes de los partidos políticos que la apoyan: PAN, PRI, PRD, quienes solo ven por sus intereses personales.
5.- A los grandes capitales del país. Pudiera pensarse que la apoyarían con toda su fortaleza para ser un contrapeso al poder del Presidente, pero en la realidad, no se refleja en resultados palpables.
6.- A la delincuencia organizada. Por razones obvias. En varias ocasiones ha manifestado que no se sujetará a la errónea política del actual Presidente de “Abrazos, no balazos” y que, de llegar a la Presidencia de la República, construirá una mega cárcel como en El Salvador para recluir ahí a todos los mafiosos.
7.- A las clases bajas, que son “el pueblo bueno” del que tanto habla el Presidente y que, de hecho, están infiltrados hasta la médula por el crimen organizado: Les gusta la narcocultura, ven narconovelas, cantan las canciones de Peso Pluma, admiran a El Chapo Guzmán, etc., etc., etc.
8.- Tiene grandes lastres dentro del PAN, como Francisco García Cabeza de Vaca y otros malandrines.
9.- A un amplio sector de la prensa que sucumbe ante la censura que se impone desde Palacio Nacional.
10.- A la misma Xóchitl, que en lugar de portarse como una seria aspirante presidencial se la pasa de ocurrencia en ocurrencia, “cajeteándola” a cada instante.
La mayoría de las encuestas dan en este momento una ventaja de 2 a 1 a la candidata oficial, a la candidata de la continuidad, Claudia Sheinbaum.
Recientemente el periódico Reforma la “infló” a más del 70%, lo que algunos analistas políticos nacionales interpretaron como un golpe de ironía, porque ese rotativo mantenía hasta entonces una postura crítica hacia el Gobierno Federal.
O Reforma se vendió, o es un chiste lo que publicó.
Sea cual sea la respuesta, no deja de ser una realidad la ventaja casi definitiva de Claudia sobre Xóchitl.
Solo un milagro haría que ésta última remontara tal abismo.
Tendrían que conjuntarse todas las fuerzas y factores políticos que enumeré anteriormente para que se diera un golpe de timón y cambiaran las preferencias electorales.
Pero no habrá tal cambio si los 12 millones de mexicanos que son beneficiados con pensiones siguen recibiendo el recurso “del presidente”.
Los programas clientelares que tanto criticó Andrés Manuel López Obrador en los 18 años que hizo campaña, ahora los utiliza para garantizar el voto de la mayoría, y a la fecha, su nivel de aceptación ronda el 75%, arrastrando en su popularidad a la candidata oficial y al resto de los aspirantes a cargos de elección popular.
Con todo en su contra, Xóchitl Gálvez debería andar por abajo del 20% en las preferencias electorales.
Haber llegado al 35% es más bien un mérito, porque esto es una lucha de David contra Goliat.