Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Pitoniso

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Por Pegaso

¿Qué el pitoniso cubano Mhoni Vidente volvió a acertar en sus predicciones al señalar que las tormentas solares afectan las redes sociales y por consiguiente, anticipó la falla global de Facebook e Instagram la semana pasada?

¡Bah!

Si no hubiera medio adivinado, nadie estaría hablando de él.

Lo que pasa es que a lo largo de su ¿carrera? de oraculero, adivino o augur, ha hecho miles de revelaciones, de las cuales apenas un porcentaje estadísticamente aceptable han tenido alguna semejanza con los hechos.

Yo me acuerdo, hace unos años, que Mohni Vidente anticipó que en un centro comercial de Reynosa habría un gran incendio. Eso lo dijo, por supuesto, tiempo después de que ocurrió la quema del Wal Mart por parte de la delincuencia organizada, en diciembre del 2015, tal vez esperando que los malosos pudieran repetir su travesura en otro lugar, pero como no pasó nada, ni quién se acuerde de tal “profecía”.

Si usted, lector, se dedica desde este momento a hacer predicciones, ya sea valiéndose de las cartas, de las estrellas, del péndulo o de la caca de gallina, le aseguro que siempre le va a atinar por lo menos el 15 o el 17%, que es lo estadísticamente probable.

Es muy posible que no pueda dar detalles preciso como a tal hora y en tal lugar va a pasar este acontecimiento, porque casi siempre en ese negocio se utilizan generalizaciones.

“Las cartas me dicen que viene un incendio”,-dice. Y como pasa un incendio, pues la gente se imagina que en realidad Monhy Vidente es un gran adivino o tiene el poder de la profecía.

Pero sucede que ese tipo de personajes también tienen conectes en las altas esferas de la política, el espectáculo, el arte y el deporte, y saber anticipar posibles hechos, en lo que en ciencia se conoce como prospectiva.

No lo dejan todo al azar. No basta sentarse a una mesa y jugar con las cartas. Hay que echar recurso de todo. Así que con la ayuda de la prospectiva, que es la ciencia de anticipar resultados en base a hechos concretos de hoy, también se puede obtener gran fama y prestigio.

Hubo otro charlatán que predijo una desgracia para Reynosa, según nota publicada en El Sol de Tampico el 6 de julio del 2021: Que una presa iba a tener problemas en Tamaulipas.

Ramsés, el “Vidente de las Estrellas” dijo: “Presa en Reynosa con Estados Unidos, problemas, explosión, problemas motores, incendio”.

¿Y qué pasó? ¡Absolutamente nada! Pero si de chiripa hubiera pasado algo parecido, ahorita la fama y riqueza de Ramsés estarían por los cielos.

Alguien me preguntará por ahí: “Oye, Pegaso, ¿y por qué te refieres Mohny Vidente como si fuera hombre?

Y yo les respondo: ¡Cómo! ¿Es que no han adivinado que en realidad no es mujer, sino machito calado? ¡Hasta en eso los ha engañado!

No tengo nada contra los hombres que se creen mujeres, porque cada quien hace de su cuerpo un papalote, pero lo que no me pasa es que nos quieran imponer su criterio y que nosotros los tengamos que aceptar como algo que no son.

Mohny Vidente y toda la crápula de charlatanes no me merecen ningún respeto.

Recuerdo cuando, allá en mi niñez, en los 80s, vino a mi humilde casa de la colonia Chapultepec El Brujo Mayor, Antonio Vázquez Alva, procedente de Catemaco, Veracruz.

Vino a petición de mi padre para que le hiciera algún “tratamiento espiritual” a mi hermano mayor, que padece de epilepsia.

El brujo solo le practicó una “sesión”, pero al ver que mis padres y su casa eran humildes, agarró sus tiliches para ya no volver jamás, dejando incluso algunas sillas que había traído en una camioneta.

Así que si alguien me dice por ahí que Mohny Vidente o cualquier otro pitoniso anticipa un hecho catastrófico, pídale por favor que dé detalles: Dónde, cuándo, a qué hora, cuántos muertos habrá, cuál es la causa y todo lo demás que hay que conocer. Si acierta en todo, amigo lector, yo seré el primero en ir a besarle los juanetes al tal Mohny Vidente o a cualquiera que pueda cumplir con esas condiciones.

Venga el refrán estilo Pegaso: “No acudas a mí con el objeto de contabilizar mis molares”. (A mí no me vengas a contar las muelas).