Por Pegaso
¡Chin! ¡Tengo una suerte de perro bailarín!
Ahora que los altos ejecutivos de The New York Times habían puesto sus ojos en su servilleta para que fuera corresponsal en toda el área de América Latina… ¡resulta que es un pasquín!
Ya me veía yo sentado detrás de un lujoso escritorio en uno de los últimos pisos del moderno rascacielos ubicado en la Octava Avenida de la Gran Manzana.
Tendré que decirles que no. Que contraten a otro connotado comunicador que les dé lustre y brillo, lo que le hace mucha falta ahora con la campaña de desprestigio que lanzó en contra del cabecita de algodón, alias #YaSabenQuien, alias “El Rorro de Macuspana”.
Quiero creer que la investigación que realiza el NYT acerca del presunto financiamiento del narco a la campaña de ALMO en el 2018 está bien sustentada, con pruebas.
Es muy difícil que una compañía editorial del tamaño del Times se aviente un tiro que sabe que le saldrá por la culata.
Si no tiene esas pruebas, entonces sí, nuestro Pejidente habrá triunfado frente a los demoníacos intereses que mueven los arteros ataques desde Gringolandia.
Mientras son peras o son manzanas, mientras el periodicote trata de limpiar su imagen, ya tengo pensado aceptar otras propuestas de trabajo.
Se pelean por mí The Washington Post, The Wall Street Journal, The Mirror, The Daily Planet, el diario Nikkei de Japón, The Telegraph del Reino Unido, Le Monde de Francia y El País de España.
Claro que también me han llegado tentadoras ofertas de televisoras como la BBC de Londres, O Globo de Brasil y CBS de Estados Unidos; también las prestigiosas agencias de noticias Reuters, France Press, TASS, Associated Press y United Press International.
Les han gustado mucho mis colaboraciones en Pegaso.press, que ha sido la plataforma para darme a conocer a nivel nacional, internacional y en toda la galaxia.
Fuera de broma, es obligación de cualquier medio de comunicación, impreso, electrónico o virtual, aportar pruebas de lo que señala, sobre todo si se trata de temas tan delicados como el de la relación de un gobierno con la delincuencia.
No es cosa menor que en las últimas semanas el cabecita de algodón haya sido blanco de ataques desde el extranjero.
Parece una mojarra enjabonada, un coyote muy lampareado porque toda su vida ha nadado de a muertito, escudándose en una coraza inexpugnable donde “los otros son los malos y yo soy el bueno”.
Lo que sí puedo decir es que los putazos recibidos a lo largo de toda su carrera política lo han curtido. Y si en esta nueva arremetida de los neoliberales y conservadores sale limpio, maximato tendremos, al menos durante los próximos 30 años.
Si lo tuviera frente a mí le recomendaría, hablándole en perfecto idioma tabasqueño: “Mira, Andréj Manuel: Debej denunjiar ante loj tribunalej competentej a todoj ejoj periodijtaj chayoteroj y mentirojoj por loj delitoj de injuria, dañoj moralej y loj que rejulten. De lo contrario, tú mijmo te hajej culpable de loj delitoj que te atribuyen”.
Rester avec le dicton style Pégase ça à la lettre déc : Silence vaut consentement.
(Nota: Estoy ensayando mi francés para cuando me contrate Le Monde du France).