Por Pegaso
“El chiste de un chiste es que tenga chiste, si no ¿qué chiste?”,-frase célebre de “Los Polivoces”, serie televisiva que se transmitió por Televisa durante la época de los setenta y ochenta.
Chiste es, por definición, una narración oral o escrita breve y humorística que es graciosa y suscita a risa. A veces puede ser irónico, satírico, crítico o burlesco. Contiene un juego verbal o conceptual fundado en el humor, capaz de provocar la risa y, a diferencia del apólogo, la fábula o la parábola, no pretende moralizar o enseñar, sino solo divertir o distraer. Muchas veces se presenta ilustrado por un dibujo (chiste gráfico) y constituye uno de los principales géneros jocosos.
La estructura del chiste es muy básica. Generalmente consta de una introducción, por ejemplo: “Un hombre entra a un bar…” y una gracia, que unida a la introducción provoca una situación que hace reír a la audiencia.
Pero, ¿por qué nos reímos? Los chistes y la risa constituyen un mecanismo que utiliza el cerebro para aprender el absurdo. Por este motivo se argumenta que un chiste, después de ser escuchado varias veces, ya no es divertido.
Existe también la explicación fisiológica que relaciona al chiste con la producción de serotonina por el cerebro, un sedante natural que relaja el cuerpo, además de que constituye algo así como un masaje, porque los músculos del abdomen se activan en movimientos repetitivos e involuntarios.
Decía un amigo, cuando me oía contar chistes: Lo que pasa es que tú mencionar en el chiste a la persona a la que le estás contando la historia, y eso no es divertido para él o ella.
Pero para mí resulta un plus, porque además de la dosis de humor que lleva el chascarrillo, incluyes el elemento de proximidad que le da mencionar en el mismo a la persona que te está escuchando.
Por ejemplo, supongamos que tu oyente se llama Pedro y le estás contando un chiste: “Fueron a La Habana, capital de Cuba, Pedro y un amigo llamado Pegaso (y aquí, el tal Pedro hará un mohín de sorpresa o molestia). Una vez que se instalaron en el hotel, salieron en busca de una buena sala de cine para ver una película. Para ello, tenían que tomar un camión de transporte público, así que van hasta donde está un cubano y le dicen: “Amigo, ¿dónde podemos tomar el camión?” El cubano responde: “Oye chico, tu no ere’ cubano, ¿veldá?” Y Pedro le responde: “No. ¿Cómo lo supo?”
-Pue’ porque aquí, en La Habana no decimo’ camión, decimo’ guagua. Utede’ pueden tomar la guagua en la siguiente e’quina, chico.
Se van los dos amigos, toman la guagua y llegan al teatro.
Ven a otro cubano y le preguntan: “Amigo, ¿dónde nos formamos para comprar el boleto?” Y el cubano les responde: “Oye, chico, tú no ere’ cubano, ¿veldá?”
-No, no somos cubanos. ¿Cómo lo supo?
-Ahhh, e’ que lo’ turista’ no hacen fila para entrar al teatro.
Total, entran al teatro y van a sentarse al lado de otro cubano, quien los mira extrañado y les dice: “Oye, chico, tu no ere’ cubano, ¿veldá?
A lo que le responde Pedro: “No, ¿cómo lo supo?
-E’ que utede’ lo’ turista’ tienen reservada la parte de arriba del teatro.
Los dos amigos se van por la escalera y suben a la parte alta.
Pasa un buen rato y a Pedro le dan ganas de orinar. Baja buscando el sanitario y le pregunta al cubano que vio más cerca: “Amigo, ¿Dónde está el sanitario?” A lo que el cubano le contesta: “Oye, chico, tú no ere’ cubano, ¿veldá?”
-No, ¿cómo lo sabe?
-Porque utede’ lo’ turista’ orinan de la parte alta para abajo.
Se regresa a la parte alta del teatro, se baja el zipper y procede a desaguar, cuando desde abajo se escucha la voz de otro cubano: “Oye, chico, tú no ere’ cubano, ¿veldá?
-No. ¿Cómo lo sabe?
-“¡Menéale, chico, menéale!”
Según Freud, el chiste, es una de las formas como las representaciones subconscientes pueden emerger al consciente.
Hay chistes que incluso no necesitan palabras, como el arte de la mímica.
A final de cuentas, hay que decir que no existe chiste malo, sino narradores malos.
Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso, cortesía de Cantinflas: “En dicho sitio se ubica el meollo, individuo de nariz roma”. (Ahí está el detalle, chato).