Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Falta cultura de ahorro de energía

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Por Jesús Rivera


Reynosa, Tamaulipas. El derroche de energía eléctrica es una costumbre muy arraigada entre los habitantes de México.

Prendemos el aire acondicionado todos los días a su máxima potencia, aunque no haga falta, prendemos la secadora, el refrigerador y mil aparatos más que consumen electricidad.

Al final del bimestre, nos llega un recibo impagable.

Casi siempre tenemos que sacar algo de nuestros ahorros, o le pedimos prestado al compadre para completar el monto del recibo, ¿y todo por qué?

Para Marcos Olivares Olvera, Director de la empresa Free Energy, existen alternativas para ahorrarnos incluso hasta el 100% del pago que se tiene que hacer a la Comisión Federal de Electricidad por el consumo.

La utilización de tecnología a base de paneles solares es algo que aún no está muy extendido, como sí lo está en países más desarrollados.

Esto se debe a una resistencia natural de las personas al cambio, que ocurre más en cuanto más pequeña es la población.

Por ejemplo, en la ciudad de Monterrey cada vez es más frecuente ver celdas de energía solar sobre los techos de viviendas y negocios.

Y a pesar de que la inversión puede ser elevada por el costo del material y las baterías a base de litio, a mediano y largo plazo resulta más económico que seguir pagando los abultados recibos de la CFE.

“Cuando llega la tecnología nueva, cuando tenemos este avance tan importante y la cultura del ahorro de la energía noe s tan fácil cambiar las mentalidades. Tenemos que hacer un esfuerzo mayor los proveedores de este tipo de energía para convencer a la gente, y después, hacer la venta. Pero el primer punto que hay que atacar es ese: el de la cultura. Sensibilizar a la persona, a los prospectos, ¿y cómo los sensibilizamos? Pues cuando les mostramos los ahorros”,-externó.

El norte del país, y especialmente la Zona de Tamaulipas donde se encuentra Reynosa, permanece la mayor parte del tiempo soleada.

Las celdas o paneles solares pueden proporcionar la suficiente energía para las necesidades de una vivienda o incluso, para un establecimiento comercial.

“Es un fenómeno, a final de cuentas que se llama “tendencias” y generalmente las grandes ciudades se sensibilizan más rápido que las medianas y pequeñas ciudades”,-argumentó Olivares.

Las empresas que ofrecen energías renovables, como la eólica y la solar, han navegado contra corriente precisamente por esa resistencia de la población a adoptar las nuevas tecnologías.

Eventualmente, ante la escasez de energía a base de combustibles fósiles, el mundo deberá migrar a nuevas formas de extraer energías limpias.

Marcos Olivares explicó que aún resulta caro para una familia promedio invertir en un sistema de suministro de energía solar, porque además, las baterías para almacenar el exceso, a base de litio, aún tienen un alto precio.

No descartó que en un futuro próximo el desarrollo de nuevas formas de almacenar energía podrían hacer más asequibles a la población en general este tipo de alternativas.