Por Jerry Zu
Reynosa, Tamaulipas. Mediodía en la plaza Hidalgo.
Faustino Méndez Hurtado sube una vez más a su bicicleta y realiza una vuelta grande. Momentos después, procede a hacer una demostración de sus habilidades. Se para sobre los pedales, abre las manos y guía hábilmente el vehículo que se desliza suave por la superficie.
Asegura que desde los nueva años siente afición por este deporte, sin embargo, dejó de practicarlo porque en aquellos años se dificultaba mucho conseguir una buena bicicleta o las refacciones necesarias para mantenerla en buen estado.
Más adelante retomó su afición, perfeccionando su técnica y participando en algunas exhibiciones públicas.
Actualmente tiene una Escuela BMX. Enseña a los jóvenes a maniobrar sus bicis con una serie de técnicas que ha aprendido a lo largo de su vida.
Son varios grupos de muchachos que integran un colectivo de hasta 300 ciclistas amateur sedientos de aprender las diferentes suertes que se realizan a bordo de estos aparatos de dos ruedas.
Se reúnen semanalmente en plazas públicas, donde el piso y las condiciones son apropiadas, como la Treviño Zapata.
Además de enseñarles la forma correcta de maniobrar, los adiestra sobre mecánica y mantenimiento del velocípedo.
Méndez Hurtado acude regularmente a la plaza Hidalgo a entrenar, porque dice que el piso “está muy padre”.
Sus actividades causan el asombro de los peatones y más de uno se toma una foto con él.
Asegura que tiene varios trabajos y las acrobacias en la bicicleta solo son un hobby.
Es soldador, mecánico eléctrico, fumigador de casas y cortador de zacate en las casas. Un multiusos de la vida real.