Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Viola Texas tratados internacionales al colocar muro flotante en el río Bravo

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Por Jesús Rivera


Reynosa, Tamaulipas. Con apenas una nota diplomática de por medio, el Gobierno de México se ha visto lerdo en dar respuesta a la violación que hace el Estado de Texas a los acuerdos internacionales de límites y aguas.

Al respecto, el Presidente de la Asociación Internacional de Derechos Humanos, Fortino López Balcázar, apuntó que no solo se trata del tema legal, sino que el muro acuático que ya empezó a colocar el gobierno texano atenta contra la propia vida de los migrantes.

En entrevista con este medio de comunicación, Fortino López dijo que desde la perspectiva de los derechos humanos la colocación de estas boyas para coartar o impedir el cruce de la migración ilegal “es algo que no se debe permitir porque entra dentro del rango de la ilegalidad, pero además, recordemos que es una línea fronteriza donde no nada más importa a Estados Unidos, no nada más se puede aplicar una medida de manera soberana, sino debe haber un acuerdo entre ambos países por ser buenos vecinos”.

Añadió que lo peor que puede suceder al colocar este sistema de boyas es que ocasionan un grave daño a los migrantes, porque puede ocasionar que al pasar por esas boyas pueden enredarse y perder la vida.

“Es un alto riesgo para la migración el colocarlas”,-exteriorizó.

El defensor de los derechos humanos dijo además que sería importante un pronunciamiento más enérgico de México mediante la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), que es el organismo que se creó por parte de ambos países precisamente para dirimir este tipo de cuestiones.

En este caso la decisión unilateral que tomó el Gobierno de Texas de construir este sistema de vallas acuáticas, afecta la soberanía de México, ya que es difícil controlar el flujo del agua y en ocasiones la línea de flotadores invadirá estará más acá de la línea fronteriza.

“Por un céntímetro que se pase, ya estará afectando territorio nacional”,-precisó.

ESTADOS UNIDOS, PAÍS DE MIGRANTES

Tanto el Gobierno Federal de Estados Unidos, como el de Texas, se olvidan que su país tuvo su origen en la migración.

Alrededor del año 1620, la primera embsarcación europea que llegó a las costas de lo que hoy es norteamérica fue el navío inglés que llegó por primera vez con un grupo de peregrinos que se instalaron en un punto de la costa oriental.

Con el transcurso del tiempo, fueron llegando más y más colonos, hasta extenderse hacia el oeste, desplazando y masacrando a las tribus originarias de esos territorios, en lo que se considera uno de los peores exterminios étnicos de la historia.

Más adelante, en 1846, Estados Unidos invadió México y como resultado, más de la mitad del territorio nacional fue anexado a aquel país, incluyendo lo que hoy es Texas.

A la fecha, el Gobierno norteamericano recibe con los brazos abiertos a todos los migrantes blancos, de ojos claros y pelo rubio que entran por su frontera norte, pero coloca muros y bayas en el sur para impedir que personas de piel obscura se cuelen a su territorio.