Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Agusticidad

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Por Pegaso


¡Qué! Yo no sé de dónde saca la gente tantas palabras y expresiones nuevas que se vuelven tendencia, de tal manera que repetirlas es estar en onda.

Agusticidad.

Hace apenas dos o tres meses, nadie sabía que podía existir algo como eso.

A un avispado usuario de las redes sociales se le debió ocurrir pegar la frase “a gusto” con la palabra “felicidad” y creó un neologismo, una nueva palabra que ahora es casi obligación utilizarla en nuestro muro cuando nos tomamos una foto en posición descansada, tomando el fresco en el patio de la casa, disfrutando de unas merecidas vacaciones en la playa o tomándonos una copa en un lugar relajado.

Pero qué bueno que salgan nuevas expresiones que nos remitan a otro tipo de emociones que no sea narcotráfico o violencia.

Tenemos por ejemplo las palabras “buchón”, “plebe” o “panochón”, utilizadas por la delincuencia sinaloense, que ya son de uso común en el norte de México.

Si voy a una gasolinera y pido que le echen gasolina a mi carro, el dependiente me va a responder: “Sí, don”, en lugar de decirme: “Sí, señor”, porque “don” es una palabra que los delincuentillos de baja monta suelen utilizar para referirse a los que están arriba de ellos.

Todo ese lenguaje basura ya no se va a ir. Es como un cáncer que llegó para quedarse y solo espero que con el paso de los años la Real Academia de la Lengua no decida adoptarlos, como ocurrió con la expresión “cantinflear”.

Por eso aplaudo al inventor de la palabra “agusticidad”. Es un verdadero genio.

Me imagino que en un momento de su vida, no hace mucho tiempo, se sintió tan a gusto y feliz, que su cerebro tuvo una epifanía y se tomó la foto para subirla a las redes sociales para agregarle la frase: “¡Qué agusticidad”!

Y lo demás ya lo sabemos. El segundo, tercero, cuarto, quinto, etc., que adoptaron la palabrita, ya sabían exactamente a qué se refieren cuando la utilizan.

A estas alturas casi todos mis amigos ya subieron alguna foto así, de ellos mismos o de sus mascotas. Solo falto yo.

Sabiendo, sin embargo, que es moda que ya empieza a ser chocante, juro por el Osito Bimbo que jamás la voy a utilizar.

Suena así como aquella frase que estuvo de moda allá, por el 2010-2012, donde alguien hacía un comentario y la otra persona decía en tono resignado, poniendo los ojos en blanco: “¡Ya lo sé!”

Una que a mí me gustó y que en lo particular sigo diciendo porque pienso que debe quedarse como parte de la picardía mexicana es: “¡Ya me cargó el payaso!”

Lo dice uno cuando se refiere a algún problema que nos afectó o nos va a afectar en un futuro inmediato.

Por ejemplo, cuando llegamos tarde al trabajo y nuestro jefe nos rebaja el sueldo decimos: “¡Ya nos cargó el payaso!”

Tengo una amiga que en su página de Facebook hace gala de un profundo ingenio.

Hace unos días subió a su muro la frase: “¡Ya me llevó la que debería estarme divirtiendo!”, y juro que no le entendí.

Hasta el momento sigo tratando de descifrar lo que dijo y pienso que tal vez se refirió a la ambulancia, pero luego veo que no concuerda con la segunda parte de la frase.

O tal vez lo dijo pensando en una obra de teatro, o alguna canción de su artista preferido. No lo sé.

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso:  “Abstente de simular que estás en estado cadavérico”. (No te hagas el occiso).