Por Pegaso
En el inicio de su campaña de 18 años para llegar a la Presidencia de la República, ALMO apenas juntaba a un montoncito de gente en sus mítines.
Poco a poco, a fuerza de denunciar la corrupción de los Calderón, los Fox y los Peñas, fue ganando adeptos, hasta que se hizo de un número grande de seguidores que lo empezaron a idolatrar.
Se creaba, entonces, “El Efecto ALMO”, el que a final de cuentas lo llevó a cumplir su objetivo.
Pero, ¿saben cuál fue su verdadero despegue? Cuando todo el aparato gubernamental intentó atajarlo, cuando vieron que podría ser un riesgo para sus proyectos políticos. “Un peligro para México”,-decían.
Entonces, lo atacaron, lo sobajaron, le aventaron la jauría de perros rabiosos de la prensa nacional (Telerisa, Tele Aztuerca, El Norteado, Retorma, El Unimersal y casi todos los demás, excepto los izquierdosos, como La Tornada).
Un día sí y otro también, gatilleros a sueldo como Loret de Mula, Trozo, el Payaso Cochambroso, Adela Michu, Paco Tárdenas, El Teacher Tópez Lóriga, Oscar Mario Batuta y Danisse Marker, entre otros lo atacaban despiadadamente, por órdenes de Bucareli.
De ahí que llegando a la Presidencia, lo primero que hizo fue sacarlos de la nómina y balconearlos en “La Mañanera” en venganza por la satanización que durante tantos años hicieron de él.
Cinco años después, en medio de la polémica por su forma de gobernar, lanza a sus “corcholatas” al ruedo, en un intento por dar continuidad a su proyecto político.
La diferencia entre las campañas que están haciendo actualmente “Las corcholatas” y las que hizo en su momento el cabecita de algodón, es abismal.
“Las corcholatas” utilizan todo el poder del Estado y todas las mañas que le aprendieron al PRI. Hay acarreo, compra de conciencias, amenazas, boicots, fuego amigo y todas las triquiñuelas habidas y por haber, que utilizan unos contra otros para evitar que los demás suban en su posicionamiento rumbo al 2024.
Pero, ¿saben qué? Ninguno de ellos repunta.
Es en este escenario cuando aparece una figura emergente, como la Senadora Xóchitl Gálvez, respondona, atrabancada, cabrona y muy echada para adelante. La fórmula del candidato perfecto.
A eso hay que sumarle que es mujer, viene de una familia humilde y es un producto que se está vendiendo bien, no como el chillón de Santiago Creel, quien hasta hace poco era la mejor carta del PRIAN para enfrentar a las ensoberbecidas “corcholatas”.
Todos los días es atacada por el aparato gubernamental, como en su momento lo fue ALMO.
El propio Pejidente le ha dicho tamalera, fodonga, bicicletera, dientona, majadera y todos los epítetos que se le ocurran, y la respuesta de los #Xochilóvers es calificar al Peje del Ejecutivo como machista, misógino y xenofóbico.
En realidad, ¡quien realiza una campaña muy parecida por sus características a la que en su momento hizo ALMO es Xóchitl, no las “corcholatas”!
“Las corcholatas” están haciendo su campaña tipo priísta, mientras que Xóchitl Gálvez representa la fuerza de una oposición que ha surgido de manera espontánea, pero muy vigorosa.
Si vemos que el actual Gobierno Federal no ha dado los resultados prometidos, entonces resulta peligroso apostarle a la continuidad. Y más si se pretende imponer a su sucesor a la malagueña.
Por eso el fenómeno “Xóchitl Gálvez” preocupa a los más altos mandos de la Cuarta Transtornación.
Y si hasta ahora vieron a la oposición como a los conejos, chiquitos y pendejos, ya se han dado cuenta que han creado a un monstruo que podría devorarlos por completo y mandar al baúl de los recuerdos a la 4 T.
Eso es lo que se juega. En los siguientes meses habremos de ver cómo se recrudecen los ataques desde Palacio Nacional en contra de Gálvez, utilizando todo el aparato gubernamental para intentar descarrilarla: La Secretaría de Gobernación, mediante el CISEN, espulgará cada minuto de su vida buscando hallar algún error cometido por la aspirante opositora; la Secretaría de Hacienda cruzará información con el IMSS, INFONAVIT y demás entes fiscalizadores a ver si evadió impuestos alguna vez; la Secretaría del Trabajo organizará huelgas en su empresa y la Administración del Senado intentará recortarle dietas, gastos de representación y viáticos.
En tanto, la prensa militante replicará a ocho columnas los golpeteos que desde “La Mañanera” le dirigen todos los días el Pejidente y “Las Corcholatas” en sus recorridos por el país.
No me malentiendan. No es malo el continuismo, siempre y cuando no intente convertirse en una simulación que esconda detrás la ominosa figura de un maximato.
La alternancia puede ser deseable si acaba de tajo con viejos vicios y evita caer en otros nuevos.
Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “¡Ni emitir sonidos articulados, fémina; portas arma punzocortante!” (¡Ni hablar, mujer, traes puñal!)