Por Pegaso
Una noticia nos mantiene en vilo: El volcán Popocatépetl entró en una etapa primaria de erupción.
“Don Goyo”, como lo conocen los chilangos y demás habitantes del centro del país, podría en cualquier momento escupir lava.
Si eso ocurre, millones de personas que habitan en los alrededores, incluyendo zonas metropolitanas, tendrían que ser evacuadas, ya que el flujo piroclástico haría el aire irrespirable y las cenizas cubrirían todo a centenares de kilómetros de distancia del cono.
Pero, ¿por qué se le conoce como “Don Goyo” a este majestuoso monte.
Pudo ser un nombre común que se le ocurrió a alguien para referirse al volcán y así tratarlo como si fuera una persona con la que se tiene una relación de respeto y familiaridad.
Otra teoría dice que el nombre corresponde a un personaje ficticio creado por los habitantes de la región. Gregorio sería el dueño o espíritu del volcán y “Don Goyo”, la forma cariñosa o familiar de referirse a él.
Sin embargo, para los pobladores de comunidades como Santiago Xalitzintla, el apodo tiene su origen en una leyenda popular.
Según esa leyenda, un hombre llamado Antonio tuvo un encuentro con un tal “Gregorio Chino Popocatépetl”, mientras caminaba cerca de las laderas.
Éste reveló que se trataba del espíritu del volcán y que sólo se aparecería a ciertas personas cuando estuviera a punto de hacer erupción, o para tranquilizar a la gente cuando solo se trataba de fumarolas.
De ahí surgió una singular ocupación, que es la de “tempero”. Un tempero es aquel que se encarga de mantener informada a la población rural, luego de tener contacto con “Don Goyo”, como lo fue en su momento Antonio, el primero de varios que han desempeñado dicha función.
Popocatépetl, por otra parte, proviene de la lengua náhuatl y significa “montaña que humea”, nada más apropiado que lo que ocurre actualmente.
Hay una historia muy hermosa en torno a este accidente orográfico. Según la mitología azteca, el paraje fue escenario de un amor trágico entre dos jóvenes enamorados: Popocatépetl, un valiente guerrero e Iztaccíhuatl, una hermosa princesa.
Popocatépetl fue llamado a la guerra, dejando a su amada esperándolo. Un rival de amores difundió la versión de que el joven murió en batalla y entonces, la noticia destrozó a Iztaccíhuatl, quien murió víctima de una profunda tristeza.
Cuando Popocatépetl regresó, encontró muerta a su amada, llevándola hasta el lugar que actualmente ocupan las dos montañas. Ahí mismo se arrodilló frente a su cadáver y prometió que jamás se separaría de ella.
La estampa fue captada por el maravilloso pincel del pintor mexicano José María Velasco (foto).
Haiga sido como haiga sido, “Don Goyo” está en este momento en el epicentro de la atención de todos los mexicanos.
Su actividad se ha incrementado y actualmente tenemos un Semáforo Amarillo en Fase 3, lo que significa que se están haciendo los preparativos para evacuar a toda la población cercana.
Situación ésta que ha sido aprovechada por augures de la desgracia como Mohny Vidente para decir que en los próximos días el volcán estallará y habrá una gran tragedia.
Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso que dice así: “Posiblemente se trate del guardián nocturno, sin embargo…” (Será el sereno, pero…)