Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Monarquía

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Por Pegaso


De lo malo que ha ocurrido en los últimos meses en el mundo, destaco algo positivo: En Inglaterra está empezando a surgir un movimiento anti monárquico.

Los reyes, fuera de los del ajedrez, no sirven para nada, sino que son ya figuras de adorno, payasos de opereta, como una especie de lastre o suvenir de lo que fueron en tiempos muy anteriores.

¿Y cómo fueron los reyes en tiempos muy anteriores, mi querido Pegaso?-se preguntará alguno de mis dos o tres lectores.

Bueno, algo más o menos así como los mañosos de hoy. Yo juntaba un grupito de facinerosos, me establecía en una aldea o pueblo y decía que a partir de entonces, todos obedecerían mis órdenes, porque yo era su nuevo rey. Y aquel que no estuviera de acuerdo, mis achichincles podrían convencerlos de lo contrario o hasta desaparecerlos con todo y familia.

Había otras variantes, por ejemplo, con la complicidad de la Iglesia Católica o de cualquier otra, como la Islámica se me instalaba como rey por la Gracia y Gloria de Dios.

Y estaba el tema de la herencia o sucesión, ya un poquito más adelante, en la Edad Media y parte del Renacimiento, entre el año 800 y el 1600 Después de Cristo.

¿Qué era lo que hacían los reyes? Pues nada. Nomás recibir los impuestos de sus súbditos, que eran peor que los de Hacienda en la actualidad. El rey se podía quedar con cualquier casa, terreno o parcela si se le antojaba. Era amo de horca y cuchillo, porque si algún plebeyo le caía mal, le mandaba dar unas cachetadas guajoloteras, unas patadas en las donas y después lo desaparecía.

A otros los enviaba a la guerra, donde sabía que era difícil que volvieran con vida. Y casi siempre estaban peleando con los vecinos para aumentar su poder y riqueza, donde las balas y cañonazos no las recibían ellos, sino sus súbditos. Ellos solo contaban el oro, la plata y las joyas que les llegaban a carretadas.

No digo que todo fue atroz en la época de los reyes, sino que hubo algunas cosas positivas, como el Descubrimi… ¿Qué?¿Que eso no fue positivo porque vinieron los españoles y masacraron a todos los indígenas que había?

Bueno. Nada más hay que ponernos a pensar que si la “civilización” no hubiera llegado al Nuevo Mundo, todavía estaríamos realizando sacrificios humanos, nos comeríamos el corazón de nuestros enemigos y aventaríamos a las jovencitas vírgenes a un volcán o a un cenote para satisfacer la sed de sangre de Huitzilopochtli o Tezcatlipoca.

Recordar que también aquí había soberanos y eran tan terribles como sus contrapartes de Europa.

Los reyes europeos eran sanguinarios y brutalmente crueles. Si un mocetón iba a casarse con una hermosísima doncella, los guardias del rey inmediatamente iban hasta la casa de ella, la llevaban hasta el monarca, así como estuviera, la hacían bañar y vestirse con ropa limpia y después… ¡papas! El rey era el primero en llegar al tesorito y el novio tenía que aguantar la humillación como los machos.

A eso se le conoció como “derecho de pernada”, y todos los reyes tenían la “obligación” y el privilegio de hacerlo cumplir. Aunque para mí que no eran nada tontos. Por ejemplo, si una doncella estaba más fea que Vaquita la del Barrio y más bigotona que Galilea Montijo, no creo que le hayan entrado. Más bien le dirían a alguno de los duques, barones o marqueses de la corte: “Mira, ahí te toca”. Y contra lo que dijera el rey, no había cosa que valiera.

Ya lo decía Cervantes en su inmortal Don Quijote de la Mancha: “Allá van leyes do quieren reyes”, lo que significa que eran los monarcas los que elaboraban y hacían valer las leyes.

Todo esto viene a cuento porque desde hace unos meses ha surgido en Inglaterra un movimiento contra los reyes y la nobleza en general.

En las últimas salidas que ha tenido el tal Carlos, grupos de personas han levantado pancartas que dicen: “Ese no es mi rey”.

Ojalá que muy pronto los ingleses se armen de valor y les entre el chip de que los reyes son la herencia maldita de una época oscurantista, parásitos que no tienen razón de ser porque Diosito en ningún momento les dio ese nombramiento, sino que fue la perra Iglesia cómplice la que los llevó al poder.

Yo estoy diciendo esto una y otra vez desde hace varios años. Me place que, como en el “Efecto Mariposa”, si alguna vez hice un comentario, tal vez éste llegó a uno, dos o más lectores, que a su vez lo replicaron hasta que este llegó a Inglaterra. Entonces, algún inglés, inspirado en mi idea, plasmóen una cartulina la contundente frase: “Este no es mi rey” durante un evento público de la fallecida Chabela, o del propio Carlangas, y cada vez más y más se van sumando a ese sentimiento anti monarquía.

Algo significativo fue que recientemente el gobierno de ese país sacó una nueva moneda con la efigie de Carlos, así, a secas, porque yo no le diré rey jamás, sin la corona real, como se acostumbraba hasta ahora.

Los países que aún tienen reyes, monarcas, shas, sultanes, papas o emires en el mundo son: Inglaterra, España, Bélgica, Baréin, Brunei, Camboya, Arabia Saudita, Tailandia, Ciudad del Vaticano, Dinamarca, Malasia Países Bajos, Noruega, Suecia, Mónaco, Luxemburgo, Japón, China, Omán, Tailandia, Kuwait, Jordania, Bután, Marruecos y otra veintena de reinos y territorios más.

Así que nos quedamos con el refrán estilo Pegaso, dedicado a los individuos del mundo que aún les gusta estar sometidos a un monarca: “Quien de motu proprio es bóvido añoso, hasta el yugo lengüetea”.  (El que por su gusto es buey, hasta la coyunda lame).