Por Pegaso
¿Alguno de mis dos o tres lectores ha visto cosas estúpidas en Internet?
Yo sí. Cada rato. Desde los retos virales hasta los terraplanistas, pasando por Jaime Maussán y los cazafantasmas.
Pero hay algo que llamó poderosamente mi atención hoy que estaba descansando en mi búnker.
Nada más ni nada menos que ¡una pelea de cachetadas!
Dos tipas de aspecto hombruno, colocadas una delante de otra, con una mesa metálica en medio, toman turno para propinarse los más fuertes golpes en la mejilla con la palma abierta.
Después de tres rondas, gana, por supuesto, la que aguante más sin desmayarse.
Hay que señalar que por el momento, las mejores competencias se llevan a cabo en Rusia, tanto de hombres como mujeres.
Yo pienso que, habiendo tantos deportes donde uno puede desarrollar sus potencialidades y destrezas, ¿por qué diablos alguien escogería especializarse en la lucha de cachetadas?
Pero eso no es todo, descubrí que en aquel país existe otra competencia más simpática, exclusiva para mujeres curvilíneas, que consiste en darse cachetadas en los glúteos.
Este “¿deporte?” conocido como “ass-slapping” está más bien dirigido a incitar el morbo… pero lo de las bofetadas sí que me hace ruido.
Si esto se hubiera inventado en en la década de los setenta, creo que tendríamos una campeona indiscutible: Doña Florinda.
Sí, el personaje de El Chavo del Ocho que interpretaba Florinda Meza.
En cada uno de los episodios que transmitía Telerisa en horario estelar, todos estábamos esperando el momento en el que Quico le hacía alguna travesura a Ron Damón, éste le aplicaba un pellizco de torniquete en el hombro, disfrutando cada segundo, para que después Doña Florinda llegara y le estampara sonora cachetada al esmirriado padre de La Chilindrina.
¡Qué le hubieran durado los rusos!
Indagando un poco con nuestro amigo Google sobre la lucha de cachetadas, en realidad esta se generó en los Estados Unidos, pero se volvió sumamente popular en Rusia, a partir del 2019.
Fue precisamente en ese año, el 20 de marzo, que se celebró el Primer Campeonato Mundial de Bofetadas, en la ciudad siberiana de Krasnoyarsk, Rusia, durante un festival deportivo.
Poco a poco ha ido ganando en popularidad y creo que pronto hasta lo veremos en televisión de cable con cobertura internacional.
Faltaría nada más que alguien lo propusiera como deporte olímpico.
Si usted es masoquista o le gusta el sadismo, solo tiene que teclear en su ordenador la frase “bofetadas deportivas” y le aparecerán muchas páginas de Internet donde se muestra la “belleza” de esa actividad.
Si ya el boxeo y las competencias donde dos sujetos buscan hacerse el mayor daño posible me parecen una barbaridad, ¡imagínense esta estupidez, donde resulta fácil salir con la mandíbula dislocada y el cerebro hecho licuado!
Por eso mejor nos vamos con el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: “Mayor cantidad de impactos nos proporciona la existencia”. (Más golpes nos da la vida).