Por Jesús Rivera
Siendo el PRD un partido de izquierda, ¿por qué le teme a la izquierda de López Obrador?
La pregunta tomó desprevenido al Diputado Federal Antonio Ortega Martínez, hermano de Jesús Ortega Martínez, líder ideológico de la Nueva Izquierda, una de las muchas tribus que alimentan al Partido de la Revolución Democrática.
El legislador se reunió al mediodía con integrantes de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción (CMIC); más tarde dio una rueda de prensa en la sede del Comité Municipal del PRD y después participó en un “bandereo” con los candidatos a diputados federales, diputados locales y Presidencia Municipal.
Sentado en la mesa, frente a reporteros, Ortega vacila un poco y contesta la pregunta: “Nosotros hemos calificado que López Obrador y MORENA no son de izquierda. Es un populismo disfrazado de izquierda, justiciero, pero nosotros hemos insistido que hay visos de autoritarismo, de autocracia… ehhh… son antidemocráticos… Nosotros conocemos muy bien a López Obrador. Él fue nuestro dirigente, fue nuestro candidato en tres ocasiones…
-¿Crearon un monstruo?-se le preguntó.
-Fíjate… yo he recibido esos comentarios varias veces. Él venía del PRI. Nosotros hemos tenido dos candidatos. Acabamos de celebrar nuestro 32 aniversario de vida del PRD y solo hemos tenido dos candidatos a la Presidencia: Tres veces el ingeniero Cárdenas y tres veces López Obrador. Los dos calificados adentro y afuera del PRD como personajes muy hábiles, muy importantes, pero con una formación de caudillos. De que su voluntad se tiene que atender. Las corrientes en el PRD, hoy tan criticadas, las tribus, nacieron para tratar de equilibrar el autoritarismo de López Obrador y del propio Ingeniero, que como buenos caudillos, tomaban decisiones por encima de los Consejos, del Comité. Y las corrientes se formaron para agrupar votos y llegar a los órganos donde se decidían las cosas y jugar como contrapesos a los actos autoritarios de estos dos personajes. Cuando Andrés vio que él ya había perdido las decisiones y la conducción del PRD dijo: “No. Aquí ya no me sirve para lo que yo quiero”. Y dejó al PRD, se llevó a la mitad y formó MORENA. Nosotros no formamos al monstruo, nosotros conocemos bien al monstruo, porque lo tuvimos ahí dentro. Pero lo resistimos, peleamos contra él ¿y la pelea terminó en qué? En que él se separó, se salió porque vio que las corrientes se agruparon y empezaron a detener el autoritarismo. Empezó a debilitarse el comportamiento único del Presidente que él decía, ordenaba y todo se tenía que cumplir. Entonces, él viene con una formación cultural y política desde el PRI y su comportamiento…¡véanlo en las mañaneras!¡Es un peligro!¡Es un peligro!
-Siendo un poquito futuristas y pensando que más adelante se le podría fincar algún tipo de responsabilidad penal, ¿no se le acusar por delitos de Lesa Humanidad por el hecho de que eliminó el presupuesto para los niños con cáncer?
-Yo en la Cámara, ahora que soy diputado federal ustedes no saben las barbaridades que han decidido la mayoría por órdenes, por las instrucciones que salen de Palacio Nacional. Han terminado con los programas para el cáncer de niños, los medicamentos, el cáncer de mama, intrauterino, los refugios para mujeres violentadas, los recortes… bueno, el problema es que los recursos los tiene él para Dos Bocas y el Tren Maya, que está suficientemente demostrado que son proyectos no sustentables, no productivos. En cinco o seis años se va a inaugurar el Tren Maya y va a transportar a 500 gentes. Se le van a meter 200 o 300 mil millones de pesos. Dos Bocas, cuando ya todo el mundo está haciendo a un lado las energías fósiles, Andrés insiste en construir una empresa que inicialmente habían calculado en 85 mil millones de pesos el costo de la refinería. Ahorita ya llevan gastados 140 mil y no sé cuántos más irán a gastar. Ha sido un Gobierno muy ineficaz.
Ortega Martínez, quien ha sido diputado en dos ocasiones, hizo una defensa a ultranza del Gobernador panista de Tamaulipas Francisco García Cabeza de Vaca.
Votó en contra del dictamen de desafuero, puesto que consideró que había una persecución política por parte del Gobierno de López Obrador hacia el mandatario tamaulipeco, además de que el Artículo 111 Constitucional es muy confuso y se presta a diversas interpretaciones.
Será la Suprema Corte la que determine cuál es la interpretación más adecuada, aunque consideró que la Corte se guiará por el antecedente del desafuero del propio López Obrador en el 2004, cuando era Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
En aquella ocasión la Asamblea Legislativa del DF, controlada por López Obrador, aprobó mantenerle el fuero constitucional, sin embargo, la Suprema Corte determinó procedente el desafuero por no ser el Distrito Federal una entidad federativa.
Según Ortega, hoy la situación es diferente, y la SCJN podría interpretar como válida la posición del Congreso de Tamaulipas de mantener el fuero del Gobernador hasta que éste concluya su mandato.