Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Los meses más largos

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EDITORIAL


Reynosa, Tamaulipas. No cabe duda de que los siguientes dos meses serán los más largos en la historia de Tamaulipas.

El 1 de octubre tomará protesta el nuevo Gobierno estatal, a cuyo frente estará el morenista Américo Villarreal Anaya.

A estas alturas ya debían estar conformados los equipos de transición y tener los primeros acercamientos.

Sin embargo, el clima de tensión y enfrentamiento entre la Federación y el Estado hace difícil un cambio terso.

Por el contrario, lo que abundan en este momento son las rispideces, las acusaciones mutuas y la guerra sucia.

Aún pesa sobre la cabeza de Gobernador Cabeza de Vaca la amenaza del desafuero y la cárcel, derivado de acusaciones de la Unidad de Inteligencia Financiera por lavado de dinero, operaciones con recursos de procedencia ilícita, delincuencia organizada y los que se acumulen.

Por su parte, Cabeza de Vaca mantiene un asedio similar sobre algunos alcaldes de MORENA, como el de Reynosa, Carlos Peña Ortiz, la de Nuevo Laredo, Carmen Lilia Cantú Rosas, la de Díaz Ordaz, Nataly García, el de Matamoros, Mario López y el de Ciudad Victoria, Eduardo Gattás.

Cabeza de Vaca no solo controla las instituciones que forman parte de la estructura del Gobierno del Estado, como la Secretaría General de Gobierno, la Procuraduría General de Justicia del Estado, la Auditoría Superior y las Agencias del Ministerio Público. También maneja a su antojo al Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM) y al Congreso del Estado.

Recientemente, promovió reformas para que la Fiscalía General ampliara sus atribuciones, además de blindarse a sí mismo y a funcionarios de su primer círculo contra posibles acciones de la justicia.

Cabeza de Vaca se ha atrevido a hacer lo que no se atrevieron gobernadores anteriores: Manipuló al Congreso para evitar por un tiempo que se le quitara el fuero, compró diputados de MORENA, pretende terminar su mandato en la impunidad, manteniendo su influencia en posiciones clave y atando las manos a su sucesor.

La tarea del nuevo gobierno será, precisamente, destrabar todos los nudos legales que deja Cabeza de Vaca, bajo el argumento de la inconstitucionalidad.

Pero aún restan dos meses. Dos largos meses.

En ese tiempo, Cabeza de Vaca puede hacer mil cosas, gracias al ilimitado poder que tiene.

Por ejemplo, ejecutar el plan que desde hace tiempo está madurando: Que el Congreso desconozca al Alcalde de Reynosa en funciones, que inhabilite a su suplente, que el Cabildo se vea obligado a enviar una terna, que en esa terna vaya un panista y que el Congreso designe como Presidente sustituto a ese panista.

La mayoría de los alcaldes opositores tienen órdenes de aprehensión o procesos legales en curso.

Para ellos, estos dos meses serán eternos. También para el nuevo Gobernador, quien solo espera que llegue el 1 de octubre para tratar de corregir las aberraciones de su antecesor.