Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Triunfo

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Por Pegaso


Y bueno, si otra cosa no sucede, ya tenemos nuevo gobernador. Se llama Américo Villarreal Anaya.

Es médico cardiólogo, originario de Ciudad Victoria, Tamaulipas. Nació el 23 de mayo de 1958. Es hijo del ex gobernador priísta Américo Villarreal Guerra (1987-1993).

Casado con María de la Luz Santiago Diez y padre de tres hijos: Américo, Humberto y María.

Sus estudios de medicina los realizó en la Universidad Lasalle de Ciudad Victoria, habiéndose graduado como médico cirujano partero y cuenta con maestrías de especialización en Cardiología.

Fue catedrático de Salud Pública en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), Coordinador Médico en Petróleos Mexicanos (PEMEX) y Jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Coronarios del Hospital General de Ciudad Victoria.

A los 25 años, en 1983, ingresó a las filas del Partido Revolucionario Institucional. En 2017 renunció a ese partido y fue invitado por el entonces candidato a la Presidencia de la República por MORENA, Andrés Manuel López Obrador a contender por la Senaduría de Tamaulipas, en el 2018.

En el Senado, presidió la Comisión de Salud. Solicitó licencia a ese cargo para participar en la contienda interna de su partido para candidato a gobernador, la cual ganó.

Se registró como candidato por la alianza “Juntos Hacemos Historia” MORENA-PT-PVEM.

Las encuestas de salida, el conteo rápido y los datos de las casillas electorales dan el triunfo a Américo, por una diferencia de entre el 8 y el 10%.

En el camino queda el abanderado de la alianza “Va por Tamaulipas”, César “El Truco” Verástegui, un candidato que hizo una excelente campaña, pero que no fue suficiente para superar a su adversario. Era un buen producto. Se vendía bien, hablando en términos mercadológicos.

Aunque de manera consistente, desde antes que iniciara el proceso electoral, Américo se ubicó por encima de “El Truco”, casi a 2 x 1.

A final de cuentas, se pudo reducir la diferencia, pero como dije antes, no alcanzaron las canicas para ganar el juego.

La encuesta de salida marca el siguiente resultado: Américo Villarreal, 48.40%, César Verástegui, 37.92%, Arturo Diez, 5.04%, No sabe/No contestó, 8.64%, en tanto que el Programa de Resultados Preliminares otorga el 52% a Américo, el 44% a César Verástegui y el 4% a Arturo Diez.

Sin embargo, habrá que esperar hasta el conteo final de votos para que el IETAM dé el resultado válido.

También será necesario aguardar a ver si el candidato que quedó en segundo lugar decide impugnar el proceso, con lo cual, todavía habría la posibilidad de revertir los resultados definitivos.

Lo negro de todo esto ha sido la intervención desesperada y gangsteril del aún gobernador (desaforado) Francisco García Cabeza de Vaca, quien haciendo uso faccioso de las instituciones como la Fiscalía General de Justicia, el Tribunal de Justicia del Estado y el Instituto Estatal Electoral, pretendió torcer la voluntad de la población.

Tal vez, y estoy pensando en voz alta, si el corrupto gobernante no hubiera metidos los cuernos, “El Truco” hubiera tenido mayores posibilidades de triunfo, porque los votantes se dieron cuenta de sus marrullerías.

Todo esto puede sintetizarse en cuatro grandes verdades:

Número 1.- Que parece que la suerte ya se le acabó al gobernador y que el día 8 de junio debe estar preparado para el “pisa y corre”, ya que muy probablemente ahora sí le venga el desafuero, la quebradora, la doble Nelson y la urracarrana juntas.

Número 2.- Que la intervención de Maki Ortiz reforzó la presencia de Américo Villarreal Anaya en Reynosa, la ciudad electoralmente más importante de Tamaulipas (metió mucha gente al estadio de futbol, el día del cierre).

Número 3.- Que Cabeza de Vaca no le pudo ganar una sola batalla a Maki en todo su sexenio. Hay que recordar que desde el primer segundo del 2016, el hoy desaforado gobernador le aventó el caballo encima, y la entonces Alcaldesa se alzó diciendo que era violencia de género, con lo cual, le mató el gallo.

Y número 4.- De que se va, ¡se va!

Por eso, aquí viene el refrán estilo Pegaso: “No existe un sitio al cual movilizarte”. (Ni pa’ dónde te hagas).