Por Pegaso
Hoy, hoy, hoy,-como decía Chente Fox.
Hoy es el día esperado por millones de tamaulipecos.
Hoy la Suprema Corte de Justicia de la Nación definirá cuál será el futuro del Gobernador del Estado, Francisco García Cabeza de Vaca.
Los especialistas dudan que salga bien librado.
Cierto es que tiene un blindaje de parte del Congreso, que es de su propiedad, pero ninguna ley secundaria está por encima de la Constitución.
Y es precisamente la Constitución, nuestra ley federal suprema, la que concede el fuero del que aún goza el llamado “Señor de los Cuernos”.
La Cámara de Diputados, en el juicio de procedencia que aprobó el año pasado, decidió quitar el fuero a Cabeza de Vaca para que este respondiera, como cualquier ciudadano hijo de vecina, por los delitos de que se le acusa, a saber: Delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita y defraudación fiscal.
El dictamen de procedencia de la Cámara de Diputados, dice la Constitución, es definitivo e inatacable.
Hay que darle un mérito al Gobernador de Tamaulipas por encontrar la manera de retrasar lo inevitable. Que mediante la manipulación del Congreso se le concediera un fuero balín, en base al cual se solicitó el amparo contra el referido juicio de procedencia.
Mucho se habló de que el juez que dio entrada al amparo recibió un millonario moche por sus servicios.
El desaforado gobernador debe esperar, sentadito en algún sillón de la Casa de Gobierno, donde paga más de un millón de pesos diarios por su mantenimiento, el dictamen de la Suprema, favorable o desfavorable.
Yo que él desde este momento empezaría a empacar mis tiliches y ver algún vuelo chárter que me saque de volada del país, antes de que se ejecute la orden de aprehensión que ya le tiene preparada la Fiscalía General de la República.
Tal vez allá encuentre protección de sus cuates de la CIA, porque recordemos que es ciudadano americano.
En redes sociales apareció una supuesta noticia de última hora con el logotipo del periódico Milenio donde se ve una tarjeta informativa con la foto de Cabeza de Vaca y la leyenda: “Emite INM alerta migratoria”.
La tarjeta informativa se acompaña por un comunicado marcado con el número 152/2022, emitido en la Ciudad de México el 30 de mayo de este año, o sea, el lunes pasado.
“El Instituto Nacional de Migración (INM) dependiente de la Secretaría de Gobernación, emitió una alerta migratoria a nombre de Francisco Javier García Cabeza de Vaca a solicitud de la Fiscalía General de la República (FGR). Lo anterior con el propósito de verificar, registrar e informar a esta instancia de justicia sobre los movimientos de ingreso y salida de la persona mencionada a través de todos los puntos de internación aéreos, marítimos y terrestres del territorio nacional”,-dice el comunicado.
Así pues, se cierra la pinza alrededor del cuello del desaforado gobernante, a quien en las últimas semanas se le ha acusado de dirigir una ola de persecuciones políticas en contra de sus enemigos del partido opositor MORENA y del candidato a gobernador de la alianza MORENA-PT-PVEM, Américo Villarreal Anaya.
Si procede el desafuero y la Suprema Corte determina eliminar el blindaje chafa del Congreso del Estado, agentes de la FGR estarán listos para echarle el guante. Le van a caer como a Juan Charrasqueado: De a montón. O como al Tigre de Santa Julia: Cagando.
Pero si por alguna razón milagrosa llega a librarla, hay otros delitos que perseguir, como asociación delictuosa, enriquecimiento ilícito y los que resulten, los cuales quedarán pendientes para después del 1 de octubre, cuando dejará el cargo de gobernador y se le quitará el fuero constitucional, por de faul.
Yo sí quisiera corregir lo que dijo recientemente el Secretario de Gobernación en Nuevo Laredo, Adán Augusto López, en el mitin de cierre de campaña de Américo Villarreal: “Vaca que ladra no topa”.
Para mí, para mí, que debió decir mejor: “Vaca que muge, no embiste”, para ser más congruentes con la naturaleza de esos amables cuadrúpedos.
Viene el refrán estilo Pegaso: “¡De que procederá a retirarse, procederá a retirarse!” (¡De que se va, se va!)